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Crónicas de la ciudad

Huellas para la lejana posteridad en calle Axarquía

Con el fin, probablemente, de preservar para dentro de unos 3,6 millones de años unas huellas de animales, el Ayuntamiento de Málaga mantiene sin tocar la desmadejada calle Axarquía, en Pinares de San Antón

Detalle de las huellas preservadas por nuestro Ayuntamiento en la calle Axarquía, en Pinares de San Antón..

Detalle de las huellas preservadas por nuestro Ayuntamiento en la calle Axarquía, en Pinares de San Antón.. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Ni siquiera la biblioteca personal de Donald Trump, formada -probablemente- por miles de volúmenes, incluidos cientos de incunables y manuscritos que -probablemente- lee directamente en griego, copto y latín, son comparables, en su valía, con las humildes huellas registradas en la Garganta de Olduvai, en Tanzania.

Como saben, en este rincón de África quedaron inmortalizadas en la ceniza volcánica, hace unos 3,6 millones de años, las huellas de tres homínidos: dos de ellos caminaban erectos delante y el tercero, posiblemente un menor y también tieso como un guardia, iba jugando detrás, al ir pisando las huellas de uno de ellos.

¿A dónde se dirigían?, ¿eran familia?, ¿era un día festivo? Nunca lo sabremos; pero sí constatamos que incluso unas huellas al pie de un volcán pueden convertirse, con un poco de suerte y de tiempo, en un acontecimiento para la Historia de la Evolución.

Probablemente, este sea el motivo por el que, en el corazón de Pinares de San Antón, el Ayuntamiento de Málaga esté preservando desde tiempo inmemorial una calle con una huella que, con suerte, dentro de 3,6 millones de años deparará importantes sorpresas a los paleontólogos.

Detalle de las huellas de la calle Axarquía, en Pinares de San Antón, aún sin limpiar por los expertos.

Detalle de las huellas de la calle Axarquía, en Pinares de San Antón, aún sin limpiar por los expertos. / A.V.

La calle Axarquía

Se trata de la calle Axarquía, una vía municipal con un piso rico en todo tipo de parcheados, remiendos, requiebros y su ración de huellas milenarias.

Porque, ese día ignoto en el que se le aplicó de forma artesanal su capita de hormigón, un animal de pequeño tamaño dejó la impronta de sus patas como si estuviera en el Paseo de la Fama.

Dado el tamaño de las huellas, y el desconocimiento del firmante sobre la materia, bien pudiera ser la huella de un perro o quizás la de un gato.

Otro tramo de calle Axarquía, en los Pinares de San Antón.

Otro tramo de calle Axarquía, en los Pinares de San Antón. / A.V.

El caso es que, el animalito, sin ser consciente de su gesta, permitirá que los investigadores del futuro se queden con la boca abierta, al constatar la ‘fauna paleozoica’ que se daba en esos lares malaguitas, millones de años ha.

Otro asunto, claro, es que a los vecinos de la urbanización les gustaría que esta calle de 1.175 metros cuadrados contara algún día con un asfaltado acorde con el siglo XXI, así como con un desnivel que impida el descenso con cuerdas; pues la cuesta es de tal calado, que hasta Miguel Induráin necesitaría un recio empujón para coronarla, ya en la calle Las Palmeras con calle Sauces.

Pero claro, entre el mantenimiento municipal y la posteridad, ¿qué elegimos? Probablemente, lo mismo que Trump.

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