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Crónicas de la ciudad

Un cuarto de siglo del gran Archivo Histórico Provincial

Moderno, extremadamente funcional e integrado a la perfección en el entorno, el edificio institucional de La Trinidad celebró el lunes el 25 cumpleaños y se desvelaron algunos de sus secretos en una amena mesa redonda.

Un momento de la mesa redonda del lunes, en el Archivo Histórico-Provincial.

Un momento de la mesa redonda del lunes, en el Archivo Histórico-Provincial. / A.V.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

No descendió de los cielos como icónica obra de autor ‘canonizado’, sino que se integró de forma inteligente y discreta con el entorno de La Trinidad, empezando por el vecino Convento de la Trinidad, pues se levantó en sus terrenos.

Y lo logró, de paso, sin abandonar la modernidad, al tiempo que demostró servir a la perfección para su cometido.

Como aseguró una experta, el edificio del Archivo Histórico Provincial de Málaga, que el lunes conmemoró -con un poco de retraso- sus primeros 25 años de vida, es hoy modelo y ejemplo para todos los archivos de Andalucía y buena parte de España.

El lunes, en la primera de dos mesas redondas celebradas por este cumpleaños, moderada por la actual directora, la excelente archivera Esther Acuña, se habló mucho del antes y el después de este edificio institucional en el corazón de La Trinidad.

Participó la profesora Encarnación Barranquero, que recordó los tiempos precarios en los que el archivo se encontraba en la demolida Casa de la Cultura, de calle Alcazabilla, antes de un interregno de cinco años en la avenida de Europa; hasta que por fin pudo estrenar edificio propio en 1999.

El edificio del Archivo Histórico Provincial, en La Trinidad.

El edificio del Archivo Histórico Provincial, en La Trinidad. / Archivo Histórico Provincial

Ni la Aduana ni el convento

Como recordó la exdirectora Esther Cruces, recién jubilada, exdirectora del Archivo General de Indias y una de las principales responsables de la llegada del nuevo archivo, se barajaron otros espacios como la Aduana y el propio Convento de la Trinidad; pero el coste de adaptar este último hizo que se decidieran por los terrenos de al lado, donde sobrevivían algunos edificios militares del antiguo cuartel.

También intervino el arquitecto del edificio, Pedro Salmerón, que recordó que visitó con Esther Cruces varios archivos de España, Inglaterra y Francia seleccionados por la directora del Histórico-Provincial.

El arquitecto fue tomando notas, fotografías y dibujos y todo ese material le sirvió para diseñar la modélica sede de Málaga.

Su obra, de paso, además de un derroche de funcionalidad demostró que los archivos no tienen por qué ser antros oscuros como la cueva de Platón: en este rincón de La Trinidad hay una excelente iluminación natural.

Y una anécdota que compartió Esther, y que demuestra que la Archivística puede ser una profesión de riesgo: en los terrenos conventuales donde iba a levantarse el archivo un guarda tenía un carnero suelto, y alguna vez hubo que correr delante de él como en los Sanfermines. Feliz 25 aniversario.

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