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Crónicas de la ciudad

También hay ‘casas colgantes’ en Málaga

Entre los problemas de algunos trazados urbanos se encuentran los que tuvieron los vecinos del antiguo barrio de Haza de San Juan y, muy especialmente, los de la calle Rojas.

Un vecino en calle Rojas, en 2003, antes de la instalación del ascensor municipal.

Un vecino en calle Rojas, en 2003, antes de la instalación del ascensor municipal. / Daniel Pérez

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Aunque la línea recta sea la distancia más corta entre dos puntos, en Málaga su aplicación ha traído, en ocasiones, serios problemas.

Lo pudimos ver con las rebanadas que recibieron las cuevas de La Araña. Málaga tuvo que decir adiós a parte de su Prehistoria y a su riqueza geológica para que se abriera paso el ramal de la A7.

El destino ha querido que, como contrapartida, en plena cantera de la fábrica de Cemento se haya localizado una cueva que, como adelantó La Opinión, pronto será el primer monumento natural de Málaga capital.

También en el casco urbano, los trazados han causado problemas a los vecinos. Fue el caso del de la avenida Simón Bolívar, que va de la avenida de Valle Inclán a la avenida del Arroyo de los Ángeles.

Vecinos de la calle Anita Ademuz en 2019, cuando protestaban por los escalones de acceso al barrio.

Vecinos de la calle Anita Ademuz en 2019, cuando protestaban por los escalones de acceso al barrio. / ALEX ZEA

Los perjudicados fueron los vecinos de un grupo de casas mata conocidas antiguamente como Haza de San Juan -el conjunto de casas que hay al lado, separado por el pasaje Covadonga y la calle Yerma se conocía como Haza de las Beatas-.

Pues bien, los de Haza de San Juan, con una calle Anita Adamuz que los vecinos adornan cada feria, sufrieron muchos años un desnivel lateral, una suerte de corte geológico que tenían que solventar con trabajosas escaleras en cuesta, poco apropiadas para los más veteranos.

No fue hasta la movilización vecinal, en las páginas de este diario, que el Ayuntamiento reaccionó y transformó, al menos, uno de los lados en una accesible rampa.

El 'precipicio' de 11 metros

Mucho más espectacular fue lo realizado en la larga calle Rojas. Como contaban hace más de 20 años los vecinos al firmante, hacia finales de los 80, en tiempos de Pedro Aparicio, se comunicó esta calle con pronunciadas cuestas y, aseguraban, sin salida, con Ciudad Jardín.

En un tramo en cuestión, a la altura de la manzana entre la calle Marruecos y la calle Viriato, el resultado de acabar con tanto desnivel fue un desmonte que dejó una suerte de ‘precipicio’ de 11 metros de altura, una auténtica barbaridad que afectó a 54 vecinos.

Para salvar semejante desnivel, los vecinos tuvieron que apañarse con 68 escalones de piedra, por un lado, y una escalera metálica de 23 peldaños por otro, en una vía llena de personas mayores.

Un vecino, en febrero de 2006, señala el nuevo ascensor de calle Rojas.

Un vecino, en febrero de 2006, señala el nuevo ascensor de la calle Rojas. / GREGORIO TORRES

Además, para comunicar un lado con otro de la calle el Ayuntamiento instaló una pasarela metálica.

El batallador presidente vecinal, el desaparecido Ángel Jurado, las llamaba las ‘casas colgantes’ de Málaga. Fue gracias a su insistencia que, hace casi 20 años, en noviembre de 2005, con Paco de la Torre se colocó un ascensor, todavía en pie, que salva este tajo a la ‘orografía’ del entorno de Segalerva y San Miguel.

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