Los estudios determinan que entre un 38 y 30% de la población malagueña mayor de edad sufre de hipertensión o presión arterial alta, una cifra que se incrementa hasta el 40% de la población mayor de 60 años de edad.

Una de las manifestaciones más virulentas de la hipertensión es su variable `maligna´, denominada así porque provoca la aparición acelerada de los problemas que habitualmente ocasiona la presión alta a medio o largo plazo, como las lesiones en el corazón, el riñón o el cerebro. El doctor Pedro Aranda, especialista del Hospital Carlos Haya y director de la unidad de hipertensión y riesgo vascular, explica que la incidencia de este caso es relativamente baja en la población en general (la sufren ocho de cada cien mil habitantes), no obstante, en los últimos años la unidad ha comprobado como llegan personas jóvenes, con menos de 40 años, aquejadas de esta dañina enfermedad.

Los motivos. Entre los causantes de esta situación a edades precoces están los estilos de vida inapropiados, una dieta desequilibrada, la inactividad física, el consumo habitual de alcohol y, además, el abuso de otras sustancias estupefacientes como la cocaína, que es un poderoso estimulante del sistema nervioso.

La patología. El doctor Aranda señala el consumo de cocaína como un detonante en los casos de hipertensión maligna entre las personas jóvenes que llegan a su unidad especializada. La prevalencia de la tensión rebelde en gente menor de 40 años es sólo del 20% por lo que Carlos Haya atiende menos de una decena de casos al año, pero la gravedad del proceso origina que los especialistas les presten una atención especial.

"Hoy en día es cada vez más frecuente encontrar casos de hipertensión maligna en jóvenes porque estas personas no suelen tener en consideración factores como la tensión y no la controlan, de modo que cuando llegan a nosotros lo hacen ya en malas condiciones", explica el doctor Aranda.

El facultativo explica que los síntomas de la hipertensión no están muy definidos y es fácil confundirlo con otros cuadro porque se presentan como ligeros mareos o dolores de cabeza, en general, todos síntomas inespecíficos.

Pedro Aranda indica que el paciente con la tensión descompensada tiene un riesgo tres veces superior de sufrir un accidente cardiovascular que afecten gravemente a su corazón o a su cerebro. "Esta enfermedad es un asesino silencioso y va a convertirse en una problema de salud a lo largo de este siglo, conforme aumente la edad media de la población", indica Aranda.

No obstante, el experto asegura que la tensión alta es "relativamente fácil de controlar" si el paciente colabora en el tratamiento, ingiere la medicación de forma correcta, sigue las indicaciones dietéticas, no consume sal y no bebe alcohol. De hecho, el médico asegura que entre un 5 y un 10% de pacientes hipertensos no necesita la medicación para controlar su situación, si sigue fielmente el resto de indicaciones médicas.