La Junta de Andalucía mantiene el cierre del caladero de mariscos que decretó el pasado día 11 de enero por la presencia de la marea roja en las aguas de la provincia de Málaga, una corriente que contamina los moluscos bivalvos hasta convertirlos en tóxicos. Esta decisión afecta a cerca de cien barcos marisqueros y a más de 300 pescadores que se dedican principalmente a esta actividad, según datos de la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca. Ayer se cumplió una semana de la vigencia del cierre y éste permanecerá en vigor, casi con total seguridad, al menos quince días más.

La marea roja no está provocada por vertidos o contaminación en el mar, aunque sí puede tener relación en determinados casos. No obstante, por estas fechas es muy común que las aguas generen esta corriente, según el delegado de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía en Málaga, Antonio Moreno. La descomposición de algas produce un incremento de toxinas que se quedan en los moluscos, ya que éstos filtran el agua pero no eliminan los componentes dañinos para la salud humana. Por este motivo no pueden ser consumidos y la mejor manera para asegurarse de que no van a llegar a los mercados es mediante la prohibición de su captura durante un periodo de tiempo prudencial.

"Cuando la concentración de toxinas en el agua supera los 300 miligramos, los bivalvos -coquinas, almejas y mejillones, principalmente- no se pueden consumir", según Moreno. Esto sucede en determinadas épocas "y no siempre en toda la costa". Esto quiere decir que se podrían cerrar determinadas zonas y dejar otras abiertas, pero la Junta ordena la clausura de todos los caladeros para que los pescadores afectados puedan cobrar las ayudas que prevé la Unión Europea (UE) en estos casos. Y es que estas partidas económicas sólo se liberan si la autoridad competente ordena el cese de la actividad total en los casos de afección por marea roja.

Según las estimaciones de la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca, las mareas rojas en la provincia de Málaga suelen prolongarse por espacio de un mes, aunque la duración de cada una es impredecible. En cualquier caso, la prueba fehaciente de que continúa es la imposibilidad de encontrar moluscos a la venta en los mercados y pescaderías. Los que haya serán de fuera y, probablemente, su precio será más elevado de lo habitual.

Examen semanal. Para comprobar si la mera roja persisto o ha desaparecido, los técnicos de la Junta hacen un examen semanal para permitir la faena de los barcos o prorrogar el cierre de los caladeros, según Francisco Pastor, patrón mayor de la cofradía de pescadores de Caleta de Vélez. En estos casos influyen mucho las corrientes marinas, de forma que la duración de la marea roja depende del comportamiento del mar y éste, a su vez, de las condiciones meteorológicas.

En estos momentos son sólo los barcos marisqueros los que permanecen amarrados en los muelles de los puertos malagueños, mientras que los de cerco y los de arrastre sí faenan. Éstos encuentran problemas cuando surge la ´maleza´, otra corriente que genera el mar cuando, de forma natural, surgen microalgas que perforan las redes.