Ni una película del genial director británico Alfred Hitchcock hubiera tenido tanto suspense. Aunque también podría haberse tratado de una novela del a su vez magnífico escritor del absurdo Frank Kafka.

A las 15.00 horas de la tarde de ayer conocieron los dirigentes del Málaga CF el indulto de Gustavo Munúa por parte del Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). La lógica alegría se apoderó del seno del club, ya que el equipo podía contar hoy con su guardameta titular para el encuentro decisivo frente al Getafe.

Se trata del único jugador de la plantilla malaguista que ha disputado todos los minutos que se llevan de Liga (3.240). O sea, las 36 jornadas completas.

Sin embargo, cuando el club había cumplido con su labor de presentar alegaciones al acta arbitral y había conseguido que Competición dejara sin efecto la tarjeta amarilla que vio el cancerbero uruguayo ante el Athletic de Bilbao en San Mamés, Juan Ramón Muñiz, a eso de las 16.00 horas, no vio claro la opción de repescarle.

Un dirigente del club de Martiricos espetó que el técnico asturiano podía pensar que con esa decisión de recuperarlo se le hacía ´un feo´ a los otros dos porteros: Arnau –que iba a ser el titular de forma indiscutible, cosa que ya no está tan clara– y Santamaría, que se vio obligado a viajar de urgencia, junto a Edu Ramos, Javi López y Forestieri –por las sanciones del propio Munúa, Iván y Valdo–. Munúa, que se entrenó ayer por la mañana en las instalaciones de La Rosaleda, no tenía constancia a las 18.00 horas de que Competición le había indultado. Y, por tanto, desconocía si debía coger un AVE rumbo a Madrid.

En ese momento, el delegado del equipo malaguista, Vicente Valcarce, se entrenaba en Getafe para el Ironman, una prueba deportiva que disputará en agosto en Alemania. Y es que el ex lateral izquierdo es el encargado de comunicar a Munúa a qué hora debía o no coger el AVE Málaga-Madrid. Muñiz no lo tenía claro.

Finalmente, aproximadamente a las 19.30 horas, se le comunicó a Gustavo Munúa que debía viajar en el último AVE que hay diariamente a la capital de España, el de las 21.00 horas, para incorporarse al equipo.

Otra decisión hubiera sido absurda, después de que el club lograra el ´perdón´ del mencionado comité –al igual que ocurrió con el central almeriense Chico–.

Tanto el presidente de la entidad, Fernando Sanz, como los consejeros Paco Martín Aguilar, José Carlos Pérez y Pepe Hernández, que están en Getafe junto a la expedición malaguista, conocían el indulto de Munúa desde poco después de las tres de la tarde.

Era una decisión técnica, con lo que debía tomarla Juan Ramón Muñiz, que no lo tuvo claro durante algunas horas. Al final, se impuso el sentido común. Y Munúa viajó para incorporarse junto a sus compañeros.

Otra cuestión es la decisión que tome hoy Muñiz de situar bajo la portería a Arnau, concentrado con el equipo desde el jueves, o a Munúa, titular toda la Liga. O a Santamaría, que jugó los cuatro partidos de Copa del Rey. Fue el indulto de la discordia.