Son todos los que están, pero no están todos los que son, porque faltan Isco y la esperada «bomba». Pero los siete fichajes que ha realizado hasta la fecha el Málaga CF de forma oficial (sin olvidar a Demichelis, que podría considerarse así por el desembolso realizado de tres millones de euros) intentan acoplarse a pasos agigantados a la dinámica malaguista.

De toda la plantilla albiceleste, Ruud van Nistelrooy es el jugador más alto (1,88) y al mismo tiempo el de más edad (35 años recién cumplidos), mientras que Diego Buonanotte es el más bajo (1,61) y, por su edad (sexto más joven de la plantilla) parece un canterano más, siempre con los ojos abiertos para aprender rápido.

A la hora de posar los siete refuerzos para la fotografía de rigor, en un principio Van Nistelrooy iba a situarse por debajo, como si fuera un once inicial, luego iba a ponerse en el extremo derecho y, finalmente (con el fin de provocar las risas) se situó junto a Buonanotte, con lo que parecían el «Gigante» y el «Enano», un gesto más de complicidad y buen humor de los que se ven durante estos días. Como es lógico, las risas de los presentes no se hicieron esperar.

Lección de español

El masajista del equipo, Marcelino Torrontegui, como excelente cicerone de numerosos futbolistas, explicaba algunos tiempos verbales a Jeremy Toulalan, que junto a Joris Mathijsen (parece el más serio de todos, pero no lo es) no sabe aún hablar español. «Yo leo, tú lees». Junto a ellos, añadía Van Nistelrooy en un correcto castellano: «Él lee, nosotros leemos...». Mathijsen le hizo una broma días atrás al fisioterapeuta Fernando Lacomba, al negarle que estuviera en la habitación su compañero y compatriota Van Nistelrooy (no le pudo entregar las botas), con lo que el delantero tuvo el tiempo justo para ponérselas de cara a la sesión.

Sergio Sánchez es prácticamente un andaluz más, extrovertido como pocos. Y es que su familia es natural de Andalucía. La simpatía es una de sus características. Aunque quien se lleva la palma, como es de esperar en cuanto a carisma y sentido del humor es Joaquín, que incluso se puso a bailar ayer con una canción de moda antes del comienzo del entrenamiento de las 11.30 horas.

Nacho Monreal es un futbolista, a priori, más callado de lo habitual y, de lejos, se parece físicamente a su compañero de habitación y, a su vez, tocayo (Ignacio, o sea, Nacho).

Apoño, cicerone de los nuevos

El malagueño Apoño, que fue ayer el encargado de hablar en rueda de prensa, señaló la necesidad de ayudar a todos los jugadores recién llegados.

El mediocentro es un especialista en «hacer piña» para que los refuerzos se sientan cada vez más integrados al grueso de la plantilla albiceleste.

De Van Nistelrooy, el de La Palmilla señaló ayer: «Llevamos poco tiempo, pero se le ve un buen tío. Todo el mundo sabe lo que puede aportar: muchos goles. Ojalá meta muchos y pueda ayudar al equipo».

Apoño también habló de Isco. Y fue sincero. «Si os digo algo, os engaño. No lo conozco mucho, pero es un chaval de Málaga y lo acogeremos bastante bien.

«Cualquier futbolista nuevo tiene ganas, ilusión, quiere agradar», dijo Apoño, que ve al Málaga, con la ayuda de los fichajes, como «el equipo de moda en España junto a Barça y Madrid».