Nos hemos quedado con cara de tontos. La derrota sufrida frente a la Real Sociedad fue un palo demasiado duro. Era un partido que estaba controlado, a la espera de festejar el triunfo, pero nos cogió por sorpresa de la manera en que perdió el Málaga CF. Sobraron los últimos cinco minutos. Hemos pecado de errores que nos han costado caro. Y este tipo de fallos no pueden ocurrir ante rivales que en teoría tienen menor presupuesto que el Málaga CF.

Sé que estamos siendo muy exigentes con el equipo, pero la ilusión que se ha creado no tiene marcha atrás. Con 23 puntos, el conjunto blanquiazul permanece en los puestos de privilegio, al ser el sexto. Sin embargo, en Anoeta desperdiciamos una excelente oportunidad de mantenernos quintos y, además, de poner tierra de por medio en relación a otros rivales directos en la pugna por jugar la Liga Europa.

Hemos caído ante rivales con los que en campañas anteriores el Málaga se jugaba el descenso, tales como el Levante, la Real Sociedad y el Rayo, aunque éste no estaba aún en la categoría. Frente a estos equipos, el conjunto de Manuel Pellegrini no puede permitirse el lujo de perder puntos si quiere seguir en posición de competición europea.

No quiero parecer adulador y pecar de patriotismo, pero Sebas Fernández es ahora mismo uno de los ejemplos a seguir dentro del terreno de juego junto al benalmadense Isco y al francés Jeremy Toulalan y al cerrojo de la portería, en manos de Willy Caballero, que nos brinda una tranquilidad y una seguridad como pocos guardametas. El Málaga CF necesita que todos los demás jugadores se contagien del espíritu de sacrificio de estos futbolistas mencionados.

Al término de este año el Málaga necesita sacar una pequeña diferencia, tanto en puntos como deportivamente, para de esta manera comenzar 2012 con la mentalidad de ir a buscar un puesto de Liga de Campeones. Es el momento de reaccionar.

Ahora el equipo albiceleste vuelve a enfrentarse a otro rival en teoría asequible, pero sin pecar de exceso de confianza, como es el Atlético Osasuna. Y en La Rosaleda, donde el Málaga sólo ha fallado frente al Real Madrid, no puede tropezar. Nos hemos dejado puntos por el camino que nos habrían situado en un puesto aún mejor, sin olvidar que estamos bien clasificados.

En este caso, como siempre, lo único que le pido al equipo es que le devuelva a la afición la garra, la intensidad y la concentración necesarias para evitar situaciones como las que se dieron en los cinco minutos fatídicos del final de Anoeta. La afición malaguista se merece mucho más.