Málaga se despertó ayer con una sonrisa de oreja a oreja. En la cola para comprar el pan, en la oficina o en el colegio para dejar al más pequeño de la casa con su camiseta blanquiazul estaba muy presente la alegría malaguista por el «Malagazo» del domingo por la noche en el Santiago Bernabéu. La Málaga futbolera vibró con su equipo como no lo hacía desde hace mucho tiempo. Disfrutó de una magnífica puesta en escena en un escenario idílico y soñó, durante varias horas, con la marea blanquiazul ondeando la bandera malaguista por Europa.

Pero los ecos del triunfal empate en Chamartín también agasajaron a la plantilla en el día siguiente del partido. Ayer hubo entrenamiento. Los protagonistas volvieron a verse las caras sobre el césped y también pudieron disfrutar de la resaca más dulce posible.

Casi sin tiempo para saborear la machada, casi sin tiempo para degustar el golazo de Cazorla, el Málaga se puso ayer de nuevo el mono de trabajo. Hay jornada entre semana y el punto arrancado de las manos del Real Madrid sólo tendrá valor si se logra la victoria contra el Rayo Vallecano, que visita La Rosaleda el jueves a las 22.00 horas.

Y por ello ayer volvió a haber actividad blanquiazul. Eso sí, algo menos intensa que de costumbre y con trabajo específico y más liviano. Weligton fue la gran ausencia junto a Toulalan. El brasileño está pendiente de evolución tras el golpe que recibió en el Bernabéu por Crisitiano Ronaldo.

Pero sin duda la noticia fue comprobar el buen poso que ha dejado el empate con sabor a victoria en las filas del Málaga CF. Todo eran ayer sonrisas y bromas. Cazorla, el señalado y destacado por su bello gol, mostraba ayer la mejor de sus sonrisas. No es para menos. Su tanto por la escuadra al campeonísimo Íker Casillas ha dado la vuelta al mundo. Su magistral golpeo al balón, superando las adversidades, la presión y el peso del cronómetro (fue en la prolongación), convirtieron el tanto en una obra de arte digna de estudio. No en vano es el máximo artillero de la Liga en lanzamientos de faltas. Con cuatro tantos de sus seis dianas, es el killer cuando afronta un libre directo.

Es evidente que su periodo de adaptación y su bache deportivo forman parte ya del pasado. Cazorla, desde que se enfundó la casaca roja de la selección en Málaga, hace casi un mes, es otro. Ha mejorado sus prestaciones, está más suelto y, además, golea. Llega justo en el momento adecuado para liderar al equipo en el tramo final de la temporada.

Porque será un final de curso apasionante. El Málaga, nuevo en estas lides, luchará por mantener su estatus de equipo europeo. El calendario más próximo le sonríe. De los próximos cuatro compromisos, tres son en casa. Ahora llega el Rayo Vallecano con la salvación casi metida en el bolsillo. El domingo visitará Cornellá-El Prat. Y luego, Betis y Racing cerrarán el círculo que, de conseguir un pleno de puntos, sería casi decisivo.