«Aprendiendo a vivir II», ahora sin Jeremy Toulalan

La previa del Málaga-Rayo vino marcada por la desafortunada lesión de Toulalan, que se pierde lo que resta de temporada. El Málaga deberá aprender a vivir sin su mejor hombre; ya lo hizo con Baptista, veremos si es capaz de responder a este nuevo golpe.

­Lo que le está pasando al Málaga en esta temporada con las lesiones de sus grandes estrellas es, permitanme el símil, como si un niño pequeño pierde en un mismo año a su padre y a su madre. Primero fue «papá Baptista», el héroe salvador el año pasado y sobre el cual se construyó un proyecto en el que el brasileño era una de las armas principales. Con su lesiones, el Málaga se quedó huérfano de padre, con lo que todo ello conlleva, pero con el tiempo aprendió a vivir sin él. Le costó superarlo, pero cuando parecía que empezaba a salir del agujero, va y pierde a «mamá Toulalan». En pocos meses otro golpe del que pocos se recuperarían.

Con este panorama, el «tutor legal de la criatura», Manuel Pellegrini, debe hacer olvidar a sus dos pilares principales. El futuro inmediato del Málaga así lo obliga. Europa no puede esperar, sin mamá y sin papá, que resurgirán de sus cenizas la temporada que viene cual ave fénix.

Paradas Romero, el Real Madrid y la histeria colectiva

El colegiado malagueño, José Luis Paradas Romero, fue el miércoles el gran protagonista del Villarreal- Real Madrid tras expulsar a cinco madridistas. Colegiado y entidad merengue se contagiaron mutuamente de un estado de histeria impropio de profesionales.

­Paradas Romero no hizo el mejor de sus arbitrajes en El Madrigal, en eso creo que coincidimos todos. Pero el madridismo, desde la llegada de Mou al banquillo, vive en una vorágine de histerismo impropio de una entidad como la blanca. Ante el Villarreal, esa imagen de alteración constante tocó techo, a la altura que los episodios de la pasada semifinal de Champions contra o la Supercopa de España, que será recordado para siempre por el ataque del ojo de Vilanova al dedo de Mourinho.

El portugués ha conseguido alinear al madridismo de tal manera que ven fantasmas en cada decisión que se toma a su alrededor. Todos son culpables menos él: los árbitros, el Barça, la Federación, Unicef... ¿Ellos tienen la culpa del cambio táctico que empleo ante el Villarreal y que desquició a sus hombres instalando un trivote inexplicable? ¿Ellos tienen la culpa de que Ramos hiciera una entrada criminal cuando ya tenía una amarilla? ¿Ellos tienen la culpa de que Casillas se trague el segundo gol a balón parado que entra por el palo que él defendía? ¿Ellos tienen la culpa de que se siente a su lado un ayudante como Rui Faria, expulsado en cuatro ocasiones esta temporada? La respuesta es no. El madridismo habla de robo, pero ninguno menciona los dos penaltis que Paradas Romero se comió por sendos agarrones de Arbeloa. Esto es fútbol, dejémonos de fantasmas, éso mejor para Íker Jiménez.

Cómo hemos cambiado desde el illa, illa illa, Movilla

José María Movilla, uno de los históricos de los ascensos del Málaga CF, volvió a sus 37 años a La Rosaleda, esta vez con el Rayo Vallecano. Fue ovacionado por su público y se quedó maravillado con el cambio del Málaga de entonces a éste.

­ El «¡Illa, illa, illa, Movilla maravilla» volvió a retumbar fuerte en La Rosaleda. Sonó como hace más de una década, cuando el madrileño era dueño y señor de la medular malaguista. Ayer regresó a la que siempre será su casa aunque a ésta le hayan cambiado absolutamente todo. Todo menos Valcarce, Torrontegui, Pérez Frías y los utilleros, que no son poca cosa.

Movilla se quedó impresionado del lavado de cara que le han dado a «su» Rosaleda. El Málaga pelea ahora con los grandes, por meterse en Europa por la puerta grande, cuando las empresas del centrocampista pelón eran muy diferentes. Logró dos ascensos con el Málaga, que han contribuido de forma exponencial a que la entidad de Martiricos esté ahora donde está.

Me gusta que el club y aficionados no olviden a los emblemas históricos, y Movilla es una leyenda viva del malaguismo. Sigue jugando en Primera, y lo hace como los ángeles. Termina contrato en junio... ¿Se lo imaginan otra vez de blanquiazul? No desentonaría.