Con cada uno en su sitio siempre es todo más fácil

Pellegrini volvió ayer a colocar a cada uno de sus hombres en sus verdaderas posiciones y el equipo lo notó para bien. Cazorla cerca del área hace mucho más daño que en centro del campo como organizador, algo de lo que el Málaga siempre sale beneficiado.

­Mi madre siempre me ha dicho que cuando colocas cada cosa en su sitio luego siempre es más fácil encontrar lo que buscas. Y razón no le falta. Pues con el Málaga pasa algo parecido: si Pellegrini coloca todas las piezas en su sitio consigue lo que busca, que no es otra cosa que hacer buen fútbol y meter goles. Ayer consiguió tres con cada jugador en su posición, sobre todo la de Santi Cazorla, que volvió a adelantar su posición y jugó en las inmediaciones del área rival. Es un espectáculo ver la capacidad del asturiano para asociarse, mover la pelota y encarar la portería contraria. El equipo funciona mejor con el internacional más adelantado. Lo ve el aficionado y también lo ve el «Ingeniero». Veremos que hace el míster en Villarreal, ya que la baja de Demichelis le va a dar más de un dolor de cabeza de hoy al jueves.

Pepe no tiene suficiente con agredir a los rivales

Si era difícil que Pepe, central del Real Madrid, nos sorprendiera con otra de sus idas de olla, el domingo contra el Valencia lo logró. Y no por agredir a un rival, sino a ¡UN COMPAÑERO! Como lo oyen, el zaguero portugués pagó sus iras con Álvaro Arbeloa.

­Pepe consiguió rizar el rizo contra el Valencia. Su mala cabeza volvió a salir de paseo y pagó todas sus frustraciones con su compañero Arbeloa, que el pobre pasaba por allí. Tras sufrir una entrada del valencianista Piatti, Pepe se quedó en el suelo como si le hubiesen dado un tiro en la pierna y Arbeloa, que veía que pasaba el tiempo y el gol blanco no llegaba, acudió a levantar a su «colega» cuando éste, presa del demonio, comenzó a dar coces al sentir un brazo que le agarraba... Fíjense en que estado de locura estaría el luso que ni reparó en que el que le apremiaba a seguir el juego era un propio compañero.

Llevo 20 años viendo fútbol a todas horas y créanme que nunca he visto un caso como el de Pepe. Jugadores violentos ha habido, y muchos: Stoichkov, que pisó al árbitro Urizar; Roy Keane, que reconoció en sus memorias que lesionó a Haaland de por vida y a conciencia; De Jonge, que se hizo famoso por su patada en el pecho a Xabi Alonso en la final del Mundial de Sudáfrica o Materazzi, que ha dejado sus tacos en todos y cada uno de los delanteros de la Serie A italiana). Pero no hay ninguno como Pepe. Al portugués lo ves venir, cuando va a «atacar» entra en trance y no hay quien lo pare. Lo de Arbeloa ha sido su nueva fechoría, pero seguro que no será la última.

El doble de puntos: «tú a Segunda y yo a la Champions»

El Málaga, tras la gran victoria lograda ante el Racing, dobla en puntos al conjunto entrenado por Cervera (50 por 25). Una diferencia que indica cuál es la proyección de cada uno al final de temporada: Champions uno y descenso otro.

­ Los números cantan. Son fríos como el hielo pero dicen verdades como puños. Y en lo que respecta al Málaga y al Racing son más que evidente. El Málaga, con 50 puntos ya conseguidos, dobla en esa faceta al Racing de Santader, que con su derrota en La Rosaleda se queda anclado en los 25.

La proyección del Málaga es claramente de Champions League, al igual que la de los cántabros es de descenso a Segunda División. Después, en estos siete partidos que faltan, puede pasar cualquier cosa, pero parece improbable que los de Pellegrini se queden fuera de la máxima competición europea y que los de Cervera obren el milagro de la salvación.

El Racing está avocado al descenso, pero no hay que olvidarse que hasta hace un año el Málaga vivía temporada sí y temporada también esa misma situación. ¿La diferencia entre ambos? Muy sencilla, que a nosotros nos ha tocado el «jeque bueno».