La Real Sociedad, rival de hoy cuando estemos aún con el postre en la garganta, es uno de los tres últimos equipos en visitar La Rosaleda en esta campaña que toca a su fin. Resta menos de un mes para la conclusión de un campeonato que puede (y debe) ser histórico para el Málaga CF.

El objetivo es estar en Europa la próxima temporada, pero a la afición, tan ambiciosa como fiel, ya le sabe a poco la Liga Europa. Quiere ver a su equipo en la Champions, sabedor de que esta meta puede rozarse con la yema de los dedos.

Tras el traspié sufrido frente al «submarino amarillo», la nave blanquiazul confía en salir a flote, plegar velas y remar rumbo a nuevos mares europeos. La derrota en los últimos minutos contra el Villarreal (como ocurrió precisamente contra la Real en Anoeta) debe ser ese día de oleaje que se olvida en cuanto hay una gran pesca de por medio. Y el Málaga CF está obligado a pescar esta tarde los tres puntos ante un cuadro txuri urdin que viene prácticamente con la permanencia en el bolsillo y con lo puesto: sin Aranburu, su principal stopper en la medular, sin su mejor central (Íñigo Martínez), así como con Agirretxe y Demidov sin estar al cien por cien, tras haber pasado la semana «entre algodones».

El conjunto malaguista tiene aún bajas de mayor consideración (los porteros Caballero y Kameni, además de Baptista, Toulalan, Joaquín y Duda), pero goza de una plantilla mucho más amplia y de mayor calidad futbolística.

Manuel Pellegrini, que recupera a Demichelis tras haber cumplido el partido de sanción, podría introducir cuatro novedades en el once, respecto al choque de El Madrigal: el citado Demichelis, Sergio Sánchez, Maresca y Rubén, que sustituirán respectivamente a Camacho, Jesús Gámez, Duda y Kameni, estos dos últimos por sanción. El portero de Coristanco, localidad gallega famosa por la «Fiesta de las Patatas», tendrá ante sí «una patata caliente» y será el centro de todas las miradas. Ante la Real, será la gran oportunidad de Rubén de reivindicar su calidad, de olvidar viejos fantasmas y de callar bocas.

Rubén tendrá, sin lugar a dudas, el apoyo unánime de una afición que en La Rosaleda sí se puede asegurar que se convierte en el jugador número 12, apoyando de principio a fin a su equipo. El binomio afición-equipo dará el penúltimo empujón en pos de lograr el objetivo de jugar la Liga de Campeones.

A la Real se le da bien Martiricos. Tras el medio centenar de puntos, hay que acercarse cuanto antes a los sesenta que prácticamente asegurarían la ansiada meta. Y la Real Sociedad está llamada a ser el equipo que pague los platos rotos del «descosido» de la primera vuelta en San Sebastián y del pasado lunes en el pueblo castellonense.

Tras perder el último partido en casa frente al Betis, el Málaga CF quiere corroborar la eficacia demostrada en La Rosaleda, donde hasta el pinchazo frente a los verdiblancos sólo había caído frente al Barcelona y el Real Madrid.

La Real, aunque no está fina a domicilio en la presente temporada (no gana desde el último partido de la primera vuelta, ante el Valencia en Mestalla a mediados de enero, 0-1), sabe que Martiricos se le da bien, ya que ha ganado en el estadio blanquiazul en cuatro de sus últimas cinco visitas.

Philippe Montanier, el técnico realista, cuestionado durante gran parte del campeonato, recuperará en la portería a Claudio Bravo, chileno al igual que Manuel Pellegrini. El guardameta vuelve al once tras cumplir frente al Betis un partido de sanción.

Rondón, a por su décimo gol. Su mayor amenaza será el venezolano Salomón Rondón, que lleva cuatro jornadas consecutivas sin marcar y que quiere volver por sus fueros y materializar su décimo gol en esta Liga, aún lejos (aunque al alcance) de los catorce que anotó en el pasado campeonato, que fue el de su estreno en la máxima categoría.

Precisamente, Rondón fue uno de los malaguistas que marcó a la Real Sociedad en el partido de la primera vuelta, aunque es mejor no recordar el final de aquel choque en Anoeta. Hoy hay una buena ocasión de «vengarse» de aquel revés y, sobre todo, de dar un paso de gigante de cara a las aspiraciones de adquirir el billete rumbo a la Liga de Campeones a falta de un suspiro para el final.