La sorpresa saltó ayer a media mañana, cuando el Granada CF anunciaba de manera oficial y a través de sus redes sociales la contratación de Manuel Iturra. Evidentemente fue otra noticia que cayó como un jarro de agua fría en el malaguismo, ya que el chileno se había granjeado el cariño de la afición blanquiazul y también se había ganado sobre el césped su continuidad como malaguista.

Las diferencias económicas entre lo que exigía el jugador y lo que podía ofrecer el Málaga han sido el detonante final para que el mediocentro recale en el club vecino. Sin embargo, la sensación es que el conjunto blanquiazul se sentó muy tarde en la mesa de negociación con el «Colocho».

Hay que recordar que Iturra desembarcó en el Málaga CF el pasado verano de la mano de Mario Husillos. Su fichaje, aunque desconocido, pronto dio sus frutos sobre el campo. El chileno llegada del Murcia, aunque en el momento que el Málaga se hizo con sus servicios estaba sin equipo.

Así, el conjunto blanquiazul de la mano de Husillos y, sobre todo, Pellegrini, lo pusieron en el escaparate y en primera línea. Pronto se ganó el afecto de la afición por su entrega y su solidario juego. Y comenzó a ganar protagonismo en el equipo. Recordar grandes actuaciones como la del día del AC Milan en La Rosaleda o el empate a dos tantos en el Camp Nou.

Desde luego, Iturra parecía llamado a ser uno de los hombres importantes en el futuro del Málaga a tenor de su libertad y de presumible coste bajo.

Sin embargo, el paso de las jornadas pasaba al mismo tiempo que subía el caché del jugador. Y la reunión para certificar su renovación se dilataba en el tiempo. Hasta que ya las pretensiones económicas del chileno fueron demasiado elevadas. El pase de Iturra pertenece a un fondo de inversión, con le que había que negociar su fichaje. Ello unido a su ficha ponían en jaque su continuidad, pese a que el jugador mostraba su predisposición a seguir en sus comparecencias públicas.

En los últimos días, el Málaga no ha podido igualar otras ofertas y tampoco presentar un proyecto deportivo de garantías, por lo que el jugador dio orden a sus agentes para buscar un buen contrato.

A sus 28 años, el mediocentro que ha cuajado un buen papel en la Champions y en la Liga esperaba asegurar un buen contrato. Y pese a que sonaban con fuerza nombres tan lustrosos como los del Liverpool o la Fiorentina, entre otros, ha sido el Granda CF el que se ha hecho con sus servicios. Quique Pina, el presidente granadino que negocia bajo la protección de los dueños del Udinese italiano, vuelve a cruzarse en el camino del Málaga CF.