Si alguien hace ya más de siete años hubiera dicho que ese chaval brasileño y espigado, que llegaba a un Málaga hecho unos zorros, procedentes del Grasshopper suizo en calidad de cedido, iba a marcar una época como central del conjunto blanquiazul, lo tildarían de demente. Siete años después, si algún loco hubiera hecho esa profecía, a día de hoy de demente pasaría a visionario. Y es que ese defensa larguirucho, de mirada pura y voz pausada, Weligton Robson Pena de Oliveira, firmó ayer su renovación como malaguista por una temporada más y opción a otras dos, por lo que de cumplirse lo estipulado, el de Fernandópolis completaría una década como blanquiazul.

De momento va camino de cumplir su séptima temporada en el conjunto de Martiricos, donde como él bien dice ha pasado por todos los proyectos, «buenos y malos», ha llorado, ha reído, ha celebrado y sobre todo, ha echado raíces en una ciudad de la que no sabía absolutamente nada cuando su representante le comunicó el interés del Málaga y hoy en día es una de sus pasiones. «Cuando llegué al Málaga no tenía ni idea de lo que me esperaba. Lo más importante en ese momento era salir de Suiza. Y fue una agradable sorpresa, llegué a una gran ciudad, a un club que estaba pasando malos momentos, aunque gracias a Dios subimos a Primera y desde entonces he aprendido muchísimas cosas y estoy feliz por estar aquí», comentó «Weli» ayer en el acto de su renovación, en el que estuvo escoltado por la plana mayor del conjunto malaguista.

Nadie le ha regalado nada a Weligton. De hecho, cada verano ha tenido que aguantar la misma cantinela, la de una posible venta porque no contaba para el míster de turno, aunque lo cierto es que al final siempre ha acabado convenciendo a los entrenadores y jugando como titular. «Todos los años me tachan como suplente, que si me van a echar... Y yo demuestro lo contrario con palabras dentro del campo. Espero poder seguir demostrándolo en el futuro», dice ambicioso.

Su jerarquía dentro del vestuario es indiscutible. Porta el brazalete de capitán con autoridad y con la responsabilidad que conlleva un «cargo» así en un club tan importante como éste. Respetado por todo el fútbol español pese a haberlas tenido tiesas con los mejores delanteros de la Liga: Messi, Diego Costa o Cristiano han comprobado que «W03» no se arruga ante nadie.

Tocó el cielo con las manos la temporada pasada en la que fue uno de los mejores centrales de toda la Liga de Campeones, lo que se dice pronto, pero como mejor momento con la elástica blanquiazul se queda con el ascenso a Primera en la 2007/08. «He vivido muchos momentos mágicos en el club, pero me quedo con el ascenso. Nunca voy a olvidar ese partido y ver a hombres en el vestuario llorar como niños».

Weligton, tras su grave lesión de final de pretemporada, ya tiene el alta médica y está listo para volver. En su calendario ya tiene marcado en rojo el día 19 de este más para su regreso en el Bernabéu. El «Mariscal» siempre vuelve.