La soberbia actuación de Willy Caballero el sábado en el Santiago Bernabéu ha reabierto -si es que alguna vez se cerró- el debate de por qué el seleccionador argentino, Alejandro Sabella, no cuenta con el cancerbero malaguista para el combinado albiceleste. Una polémica que inexplicablemente hasta ahora no había cruzado el charco, pero el foco mediático que supone cuajar un partidazo de tal calibre contra todo un Real Madrid, ha hecho que los medios de comunicación argentinos empiecen a preguntarse lo que desde hace varios meses se pregunta media Europa: ¿por qué Willy Caballero no ha debutado todavía con la selección argentina?

Y es que, para más inri, varios medios de comunicación argentinos como La Nación, anunciaron ayer que Sabella viajará en las próximas horas desde Argentina a Europa para entrevistarse con varios jugadores que pueden formar parte de la lista definitiva que acuda al Mundial de Brasil el próximo año -la albiceleste ya está clasificada-. En dicho elenco de jugadores, de los que ha trascendido los nombres de los defensas Nicolás Otamendi del Oporto y Facundo Roncaglia y Gonzalo Rodríguez, ambos de la Fiorentina, no está el de Willy Caballero, por lo que parece que la puesta en escena del malaguista el sábado en Chamartín al único que no ha impresionado es al propio Sabella.

Lo cierto es que nadie entiende el porqué el seleccionador argentino nunca ha convocado a Caballero. No sólo por el nivel del «pelado» del Málaga, sino por las dudas que generan el trío de guardametas al que Sabella le viene confiando el arco albiceleste desde que éste fue nombrado seleccionador argentino en el 2011.

Para el «Pachorra», apodo con el que se le conoce en Argentina, el titular siempre ha sido Sergio Germán Romero, de 26 años y actualmente en el Mónaco. Su nivel ha bajado en los últimos años hasta el punto de perder la titularidad en el remozado equipo del Principado. Mariano Andújar, titular en el modesto Catania de la Serie A italiana es otro de los porteros en los que confía ciegamente, aunque sus prestaciones hayan disminuido mucho en los últimos tiempos y su calidad como guardameta diste mucho de la de Caballero. El tercero en discordia es el actual portero de Boca Juniors, Agustín Orión, que en contraposición de sus otros dos compañeros, sí está en un momento dulce y su convocatoria para el Mundial no sería para nada discutida.

«No puedo hacer más que esto, que es jugar y mandar mensajes de esta manera», dijo Caballero en diálogo con RadioEstadio, de Onda Cero Radio. ¿Sabella habrá recibido el envío? Justo cuando el arco de la Selección está temblando, porque Romero no transmite seguridad y es suplente en el Mónaco, apareció otro que se suma a los nombres de Andújar y Orión. Willy, de 32 años, ya defendió los colores argentinos: disputó el Mundial Sub 20 del 2001 (atajó la semi vs. Paraguay 5-0 y final ante Ghana 3-0), fue a los Juegos Olímpicos del 2004 (suplente de Lux), estuvo en la Copa Confederaciones 2005. Con la actuación ante el Madrid, podría encender una alarma por el búnker de la AFA», publicó el diario Olé en su edición digital ayer.

Por lo tanto, parece que las razones por las que Sabella no confía en Caballero no responden a cuestiones técnicas, ya que no hay duda de que el malaguista es más completo que sus tres arqueros compatriotas. Ni tampoco a una cuestión de experiencia en la élite, ya que Willy atesora muchos minutos en Primera y ha jugado la Champions.

En Argentina dicen que la tozudez de Sabella responde a la confianza que él tiene en el bloque de 25, 30 jugadores de los que ha «tirado» hasta ahora, entre los que están Romero, Andújar y Orión.

Los merecimientos de Caballero para ir con la albiceleste no vienen sólo por un partido, pero si es cierto que su sublime actuación contra todo un Real Madrid, al que maniató con sus paradas durante buena parte del partido, han hecho que el debate sobre su internacionalidad se agite. Y es que el sábado Willy realizó hasta 13 paradas de mérito, mostrando un abanico de recursos técnicos propios de un portero de talla mundial: paradas de reflejos, estiradas casi imposibles, mano a mano, solvencia en los balones por alto y gran manejo con los pies. Y todo ello ante varios de los mejores delanteros del mundo, como Cristiano Ronaldo, que sólo pudo superarle de penalti inexistente.