Más de 20 remates en busca del gol, 28 internadas al área, 73 por ciento de posesión y 7 córners botados después para acabar perdiendo por la mínima ante el Levante en la derrota más injusta en lo que va de curso del Málaga CF. No fueron las 24 faltas y las malas artes del equipo granota lo que frenaron al conjunto de Schuster. Tampoco lo fue un pésimo Undiano Mallenco que vive en el declive de su carrera. A los blanquiazules se les escapó el partido anoche en tierras valencianas por su alarmante falta de pegada y por la poca o nula capacidad goleadora que tiene su actual plantilla. El equipo volvió de vacío del Ciudad de Valencia por su falta de gol, es decir, por el mismo virus que le lleva azotando desde que arrancó este campeonato.

Anoche el Málaga de Schuster lo hizo casi todo bien contra el Levante. Fue un equipo intenso, movió la pelota con criterio, asfixió con su presión la salida del balón de rival y se movió en aparente armonía como equipo. Pero cuando pisaba el área de Keylor Navas, la luz se le apagaba. Bien por méritos del meta costarricense, bien por demérito del ataque malaguista. Llámenlo como quieran, pero el veneno que corría ayer por el cuerpo del malaguismo era producto de la falta de acierto y de la desesperación en los metros finales.

La derrota, que puede parecer una más en la larga lista del Málaga en esta primera vuelta, es también una ocasión fallida de abrir brecha con los puestos de descenso y un paso atrás a la hora de encontrar la tranquilidad necesaria para edificar un proyecto a largo plazo.

Resumen del Levante 1-0 Málaga CF

Efectivamente hoy podríamos decir que el Málaga cayó de manera injusta con el Levante. Que mereció mucho más. Que hizo méritos para al menos traer un empate a casa. O que a los puntos, los jueces habrían otorgado ganador del combate al equipo blanquiazul. Pero existe una premisa en el fútbol, y es que los partidos no se merecen, se ganan. Y los goles hay que marcarlos. La preocupante falta de gol malaguista parece ya que incluso se escapa a los dominios de Schuster. El alemán le ha dado un toque de identidad a este Málaga, que en las últimas jornadas parece un equipo más hecho y más centrado con intensidad defensiva y con criterio llevando el balón al área rival. Todo un logro tras la travesía en el desierto vivida entre octubre y noviembre.

Pero pese a todo, las cuentas no salen. El Málaga acumula en la primera vuelta 20 puntos, cuatro sobre el descenso. Debe superar en la segunda mitad sus números si quiere alcanzar los esperados 42 puntos de la salvación virtual. Y será un camino muy duro si no se refuerza -ahora que aún está a tiempo- con un hombre que asegure un buen puñado de goles.

Barral y poco más

En el bando rival, en el del Levante, destacó la figura de Barral para bien y para mal. El delantero gaditano marcó el único gol del partido en un córner botado por Ivanschitz. Ganó la partida a la zaga local y volvió a dejar a la vista las vergüenzas malaguistas en las jugadas a balón parado. Nada nuevo bajo el sol. Pero el atacante granota también demostró ser un jugador sucio aunque con oficio. Debió ser expulsado antes del descanso y acabó el partido encarado con medio Málaga, incluso con Schuster.

Gracias al guerrero Barral, el Levante se adelantó en el partido y luego hizo lo que más le gusta: defender. Poca creación granota y balones a la pelea del viejo atacante con la zaga malaguista, muy seria ayer salvo por el gol.

El Málaga, mientras, lo hizo casi todo bien. Edificó las jugadas con criterio. Movió el balón de un lado a otro. Si en la primera parte brilló Samu, Duda acabó con galones y mando en plaza. Pero ni por esas. Hubo ocasiones de todos los colores. Balones sacados bajo la línea, disparos lejanos, internadas por banda... Nada, no hubo manera. El fútbol no quiso que el Málaga fuera ayer merecedor de al menos un punto. Visto lo visto, que hable el mercado en forma de fichajes porque parece que lo que hay tiene poco que decir...