En plena época de crisis -económica y de resultados-, el malaguismo sigue forjando su leyenda y demostrando que es una afición fiel que acude en masa a La Rosaleda para convertirla en uno de los estadios con mejor respuesta de Primera División.

Con una asistencia media de 21.224 espectadores por partido, lo que implica un 74 por ciento de ocupación, Martiricos es el sexto campo de la Liga española que mayor porcentaje de aficionados recibe, por lo que se coloca en puestos de Liga Europa de esta clasificación elaborada por el portal de internet «Sphera Sports».

Por delante del Málaga está el Athletic Club (con un 98´9 % que se explica por la inauguración del nuevo San Mamés, todavía sin terminar), el Real Madrid (el Bernabéu se llena en un 91%) un Atlético de Madrid en racha (83,1%), Real Sociedad (80,3 %) y un FC Barcelona que retrocede ligeramente (74´9 %).

El Málaga CF goza de una magnífica salud social pese a que no son tiempos para sacarse un abono ni tampoco el conjunto blanquiazul vive sus mejores momentos sobre el césped. Pero la comunión con la grada siempre ha existido de un tiempo a esta parte y los datos facilitados por el club así lo demuestran.

El embrujo de La Rosaleda sin embargo no está sirviendo para que el Málaga haga de Martiricos un fortín. De diez encuentros disputados en Liga en tierras malagueñas, el bagaje no es demasiado alentador ya que ha cosechado 13 puntos de 30 posibles. Ha ganado cuatro encuentros -Rayo, Almería, Betis y Getafe- pero ha dejado escapar puntos en otros seis duelos con un empate -Valencia- y cinco derrotas. Demasiado castigo para una afición fiel como la blanquiazul.

Así, el interés de la masa malaguista fue palpable a principios de temporada. Pese a la evidente reducción de abonados por el cambio de proyecto -menos de lo esperado en el seno del club-, los números invitaban al optimismo de una Rosaleda no tan alejada de sus mejores tardes. Pese a que se abonaron 3.000 aficionados menos que el curso pasado, la respuesta en el primer partido del curso fue inmejorable con 28.546 espectadores para ver el nuevo Málaga de Schuster contra el Barcelona.

Evidentemente, el caché del rival jugó a favor de los intereses malaguistas, pero la asistencia al feudo blanquiazul no bajó de los 20.000 en ningún momento hasta que estuvo bien entrado el invierno en la Costa del Sol.

22.342 contra el Rayo, 20.566 contra el Almería, 21.62o con Osasuna, 20.014 con el Celta y 21.520 en el derbi con el Betis. Todos muy buenos registros. Sin embargo, con el Athletic -un rival que suele tener mucha acogida en Málaga- ya se notó el bajonazo (18.656). En Copa con Osasuna no fue un gran atractivo (13.986) registrando la peor entrada del curso. Y ante el Getafe (16.947) también se notó la falta de ilusión.

La presencia del Atlético de Madrid en plenas vacaciones navideñas ayudó a ver la segunda mejor entrada en Martiricos (26.932), pero el desangelado viernes pasado contra el Valencia -otro rival con tirón- volvió a hacer mella en la marea malaguista con la peor entrada liguera (15.102).

Lo cierto es que el Málaga goza de buena salud con su afición, pero los horarios también han jugado una mala pasada para mantener la presencia de sus incondicionales. Viernes, domingo a última hora, lunes... La LFP?tampoco ha ayudado a llenar los estadios españoles.