Bartlomiej Pawlowski es el hombre. El jugador polaco fue el gran protagonista del «bolo» que disputó ayer el Málaga CF sobre el césped del Estadio de Atletismo contra el débil Servette suizo. Un partido que fue presenciado desde la grada por buena parte de la plana mayor del club y que debe servir también para abrir de nuevo las puertas del equipo al habilidoso jugador malaguista.

Fue un duelo incómodo para los jugadores malaguistas por la climatología, la entidad del rival y la falta de acoplamiento de los compañeros. Era un partido de probaturas y casi de entrenamiento. Pero sólo Pawlowski lo entendió como un billete dorado para volver al círculo de confianza de Bernd Schuster. Aún está por ver si la gran actuación del extremo ha convencido al alemán, pero a todas luces quedó claro que la velocidad y la verticalidad del «rubio de oro» es lo que necesita este Málaga plano y anodino que adolece de gol.

Pawlowski puso ayer un poco de todo para sorprender a propios y extraños. Comenzó el partido como un tiro. Su velocidad por la izquierda fue un incordio una y otra vez. Gozó de las mejores ocasiones y marcó el único gol del partido aprovechando un mano a mano con el meta rival al superarlo con una vaselina de grandes quilates.

Si el polaco opositó al indulto del mes, pocos más lo discutieron sobre el césped. El Hamdaoui demostró estar lento y fuera de onda, Anderson seguir a lo suyo, Pablo Pérez acomodándose y Portillo lejos de su nivel. Con esa mezcla, Pawlowski brillaba con luz propia en tanta oscuridad. Fue interesante ver a Casado vestido de corto ocho meses después de su grave lesión. O a los canteranos Aarón -portero-, Samu Castillejo y Álex Portillo a un estupendo nivel. Incluso Flavio está entonado, Darder dio una gran asistencia de gol y Juanmi demostró sus virtudes y también sus carencias.

Cierto es que el Servette apenas opuso resistencia. Estuvo ordenado y disciplinado, pero con poca calidad. Aún así, puso contra las cuerdas en más de una ocasión a la zaga malaguista pudiendo empatar. Pawlowski marcó antes del descanso (42´) con la lluvia como testigo, pero en la reanudación Juanmi lanzó un balón a la madera y marró un penalti cometido sobre él mismo. Ése fue el único paréntesis en el festival del polaco que gozó de varias ocasiones más para marcar.