Suenan tambores de batalla grande en La Rosaleda. El estadio y su afición se visten hoy con sus mejores galas para presenciar un partido «guapo», uno de esos choques que gustan jugar, pero que también son sumamente atractivos para los aficionados. El combate en Martiricos pone en liza a púgiles aspirantes a ocupar plaza europea cuando la temporada eche el telón por vacaciones. Quedará mucha tela por cortar el sábado a partir de las 20.00 horas, pero de ganar sería un espaldarazo importante para las aspiraciones europeas del Málaga CF.

El partido es atractivo por muchos condicionantes. Sobre todo porque los dos equipos que se miden hoy en Martiricos son dos bloques de fútbol alegre, cargado de jóvenes estrellas y con una magnífica puesta en escena este curso. Se han ganado con buen juego y con victorias el derecho a soñar con Europa y sólo el tiempo dirá si están cualificados para ello.

Sobre el papel puede parecer un partido igualado, ya que Málaga CF y Villarreal están solapados en la clasificación y sólo están separados por un punto. Sexto los amarillos y séptimos los blanquiazules, la batalla por Europa deja claro que será entretenida y con alternativas.

Sin embargo, las diferencias son también visibles más allá de la clasificación. El Málaga, sumamente mermado por las bajas, intentará hincarle el diente a los de Marcelino. No será fácil ya que el equipo amarillo suma siete partidos sin perder en Liga, lo que prevé un duro escolló. Además, cuenta con importantes jugadores en un magnífico estado de forma con el joven Vietto, recién llegado a la Liga española del fútbol argentino, pero con un gran acierto goleador, ya que suma ocho tantos. Uche también ha sumado ya cinco goles. Ambos serán el principal problema para la zaga blanquiazul.

La salida de Cani del Villarreal por su diferencias con Marcelino puede suponer un contratiempo, pero en las últimas fechas el maño no estaba entrando en los planes del equipo, por lo que no será una baja que lamentar demasiado. No así en el flanco izquierdo, donde no estará Jaume Costa por sanción.

La velocidad es el principal arma de los amarillos, que entran bien por banda y no dudan en probar al meta rival. Los enfrentamientos entre ambos equipos siempre dejan un buen sabor de boca para el espectador. El Villarreal no gana en Martiricos desde septiembre de 2010, cuando venció 2-3 con doblete de Cazorla, por entonces en las filas amarillas.

Pero en el Málaga no se piensa en el pasado y sí en el futuro. El conjunto blanquiazul quiere volver a ganar y mira a Europa convencido en que puede alcanzar ese sueño. Con muy poco que perder, los de Javi Gracia esperan ofrecer un nivel alto, como el mostrado hasta la fecha salvo el día del Almería. Para ello, todos se amparan en Amrabat y en el desparpajo de sus mediapuntas. Las bajas han dejado muy tocado al grupo, que volverá a contar con los lesionados Weligton, Sergio Sánchez, Flavio, Tissone y Camacho en la grada, además de la ausencia de Boka por motivos personales y de Portillo por decisión técnica.

Así, el equipo será muy similar al que puso sobre el verde Gracia ante los almerienses, pese a que los jóvenes se gustaron ante el Levante en Copa y con su victoria levantaron la moral de la tropa blanquiazul. No parece que vaya a contar de inicio el técnico ni con Horta ni con Juanpi Añor, auténticos artífices del festival copero. Es por ello que los titulares más habituales deben dar un paso al frente.

El que sí ha entrado finalmente en la lista pero tiene pocos visos de debutar es el central Egor Filipenko. Las bajas, la necesidad, han obligado al entrenador a citar al nuevo fichaje blanquiazul. Llegó ayer el tránsfer por la mañana y el entrenador, aunque lo vea falto de ritmo, lo ha citado.