De sobra es sabido que el Málaga CF acudirá el próximo sábado (16.00 horas) al Camp Nou sin dos de su mejores hombres. Ignacio Camacho y Nordin Amrabat vieron una cartulina amarilla el pasado sábado ante el Espanyol, lo que les hace cumplir ciclo de amonestaciones y ser baja ante el Barcelona. Premeditado o no, Javi Gracia acudirá al coso azulgrana con dos importante ausencias para intentar dar la campanada. Y mientras el resto de compañeros intentará hacer la machada en uno de los mejores escenarios del mundo, ambos jugadores podrán «invertir» su tiempo en hacer un reseteo, en ponerse al día en sus respectivas situaciones.

El más necesitado es Ignacio Camacho. El centrocampista maño lleva varias semanas entre algodones por sus incesantes dolencias de pubis. Apenas alcanza a completar la semana entera de entrenamientos, se ejercita en el gimnasio y en la sala de fisios para fortalecer la zona afectada y aguanta el dolor como puede cada partido. Arrancó el 2015 en el dique seco, pasó casi todo el mes de enero en la enfermería e hizo un fuerte esfuerzo para regresar a los terrenos de juego.

Durante esta semana podrá rebajar la carga de trabajo, no se recuperará del todo, pero al menos podrá disminuir la intensidad del dolor. Además, acabó fundido el pasado sábado y estos días de descanso también le servirán para reactivarse.

Muy distinto es el caso de Nordin Amrabat. El delantero holandés está en el punto de mira tras sus últimos partidos. Desde que regresó de su lesión muscular no parece ser el mismo. Lucha, pelea, pero sus sensaciones están muy alejadas de las mostradas durante el pasado 2014.

Al holandés sí le hace falta un reseteo mental. Ofuscado, cabreado y a veces superado por las circunstancias, deja sobre el césped algunas imágenes de reproche que no gustan nada a sus compañeros ni tampoco al cuerpo técnico. No se muestra cómodo sobre el verde e incluso ya ha dejado de ser intocable.

Javi Gracia lo sentó en el banquillo durante varias jornadas seguidas y aunque salió de inicio ante el Espanyol, no consiguió ser determinante en su juego. De hecho, lanzó el penalti que pudo suponer la igualada ante los periquitos, pero erró su primera pena máxima desde que aterrizó en Martiricos hace ya poco más de un año.

Puede que haya influido también en el desconcierto del jugador el cambio de posiciones al que está siendo sometido. Amrabat aterrizó de extremo puro, pero Gracia lo utiliza en la mayoría de sus partidos de delantero centro. Ahora que los rivales y los árbitros parecen haberle tomado la medida, el holandés está obligado a ordenar sus ideas y afrontar el tramo final del curso con perspectiva.

Más si cabe cuando se decidirá su futuro. Y es que el club aún está pendiente de ejercer la opción de compra por el holandés, que asciende a 3,5 millones de euros.