­ Visita el Málaga CF Los Cármenes crecido, sin miedo a nada ni a nadie después de conquistar el Camp Nou y de tumbar al Getafe a base de golazos. Se siente invencible el conjunto de Javi Gracia y tampoco el equipo de Abel Resino invita al optimismo. Pero visitar el coso granadino en los últimos tiempos ha sido sinónimo de caos en el Málaga CF. Derrotas, situaciones inverosímiles, cánticos en contra de uno de los entrenadores más laureados... Ha pasado de casi todo en Granada y casi nada positivo para los intereses blanquiazules.

Los fríos números hablan de un estadio maldito para el Málaga CF, un lugar que parece esconder un agujero negro para el conjunto blanquiazul. En seis visitas con la actual denominación, los malaguistas no han ganado nunca y sólo han podido «rascar» un empate tras sufrir cinco derrotas. Si el resumen se centra sólo en los partidos disputados en la elite, la lectura es más negativa con tres derrotas en los tres últimos tres años.

Poco ha importado que por Los Cármenes haya pasado el mejor Málaga de la historia, que en juego estuviese una plaza europea o que Schuster llegase a la cita de subidón. El resultado fue derrota sin paliativos, dejando también una mala imagen a los numerosos malaguistas desplazados.

La primera visita como Málaga CF en Primera fue hace tres temporadas. El Málaga de Pellegrini fabricado para entrar en Champions mantenía un camino irregular en Liga y caía ante el Granada. Al final del partido se escucharon gritos de «Pellegrini, dimisión» por parte de la afición malaguista. Algo que casi se puede considerar hoy día un sacrilegio después de todo lo vivido con el técnico chileno en la entidad de Martiricos.

Un año después, el Málaga también cayó por la mínima (1-0) ante el equipo nazarí. Esa temporada los de Pellegrini habían disputado la Champions y el Granada necesitaba los puntos para la salvación. A falta de cinco jornadas, el Málaga luchaba por entrar en Europa -la sanción de Platini luego lo impediría-, pero la imagen fue pésima y cayó sin oposición.

La última visita fue el curso pasado, con Schuster en el banquillo y con El Arabi y Brahimi en plan estelar. Además de la malísima imagen colectiva, el pulso entre el técnico alemán y Camacho vivió uno de sus momentos más críticos, cuando introdujo al maño en el minuto 83 perdiendo 3-1. Esa semana hubo dardos envenados entre ambos. Otro sacrilegio impensable a día de hoy.