El fútbol es así de caprichoso. Los designios del calendario han determinado que mañana, en la jornada 5 del campeonato nacional de Liga, el Villarreal de los Samus -García y Castillejo-, los malagueños y canteranos blanquiazules, visiten La Rosaleda para medirse a un Málaga en horas bajas. Sin duda, el peor momento para el regreso, con otra camiseta, de los hijos pródigos.

Y es que por Martiricos se acuerdan a todas horas de estos dos futbolistas, claves la pasada temporada en el esquema que tan bien le funcionó a Javi Gracia, y que fueron traspasados conjuntamente este verano al Villarreal en una operación que disgustó mucho al malaguismo.

Ahora regresan a Málaga con otro escudo en el pecho, el amarillo del Villarreal. Y lo hacen en un gran momento de su equipo, instalado en puestos de Liga de Campeones y con la misión de ganar para seguir arriba, lo que supondría hundir aún más a «su» Málaga en la tabla.

Ambos jugadores conocen de primera mano la situación del equipo, tienen contacto diario con muchos excompañeros y desean, como malaguistas que son, que el equipo recupere las sensaciones mostradas durante la pretemporada y ante Sevilla y Barcelona en los dos primeros partidos de Liga. Pero como profesionales que son, evidentemente, no quieren que sea mañana contra ellos, sino a partir del fin de semana que viene en el Santiago Bernabéu contra el Real Madrid.

Cierto es que tanto Samuel García como Samu Castillejo habrían preferido visitar la que fuera su casa en otro momento y con el Málaga en una mejor situación deportiva. Pero el calendario es el que es.

Dos meses y 19 días han pasado desde que las dos últimos grandes productos de la cantera blanquiazul pisarán La Rosaleda por última vez. Y no precisamente para correr la banda, encarar a un rival o marcar en la portería de Fondo o Gol, sino para despedirse del malaguismo en una rueda de prensa cargada de sentimiento. Fue el día 3 de julio, en la sala de prensa de Martiricos, donde los dos canteranos leyeron por separado una emotiva carta para despedirse del malaguismo.

Samu García se mostró crítico aquel día a la par de comprensivo. «No me voy, me venden, aunque lo comprendo», mientras que Castillejo casi no pudo articular palabra tras no poder contener las lágrimas en ningún momento.

Fue un adiós duro, en el que sobre todo, Samu García, quiso aclarar los motivos de su marcha al Villarreal. «Quiero aclarar que no me voy, me venden. Pero no tengo reproches al club porque la situación económica es la que es. No tengo problemas en irme», dijo el atacante de La Luz. Al mismo tiempo que profesó su malaguismo y aseguró que volverá al Málaga más pronto que tarde. «No pretendo darle lecciones a nadie, pero he dado orden de renovar mi abono. Prometo volver aunque sea para limpiar botas o cortar el césped. Se va el jugador, se queda el malaguista. Gracias a todos y viva el Málaga». Unas palabras que calaron hondo en la afición, al igual que las lágrimas desconsoladas de Castillejo. «Al Málaga le debo lo que soy, me enorgullece haber formado parte de este club. Siempre estará en mi corazón. Era mi sueño jugar en el equipo de mi ciudad y en esta casa alcancé el sueño de jugar en Primera», dijo el de Huelin, que dejó un poso grande en el club pese a haber jugador sólo una temporada en el primer equipo.

Ahora, el salto de los dos futbolistas al Villarreal no está siendo fácil. Están en pleno proceso de adaptación a un equipo con una plantilla plagada de grandes jugadores, donde jugar competición europea y Liga al máximo nivel condiciona, y mucho. De momento, ninguno de los dos son titulares indiscutibles, aunque si han dispuesto de minutos y han dejado buenas sensaciones. Samu Castillejo ha tenido, quizás, más protagonismo de inicio en el equipo de Marcelino García Toral, pero Samu García ha demostrado con goles y asistencias su calidad en los minutos que ha tenido.

Casi no han coincidido en el campo aún con la camiseta del Villarreal -10 minutos ante el Betis-, pero las lesiones de Bakambu y Soldado pueden propiciar que ambos sean de la partida mañana.