La marea blanquiazul explotó el sábado por la noche de júbilo tras el triunfo con la Real Sociedad (3-1), y con razón. Y es que, el respetable blanquiazul no estaba precisamente acostumbrado a que su equipo ganara como local. De hecho, el Málaga acumulaba siete meses sin ganar ante su público, una racha de ocho encuentros que ya escocía entre su hinchada, fiel y entregada como ninguna.

El malaguismo no alzaba los brazos en Martiricos desde la jornada 27 del pasado curso, cuando los de Javi Gracia se impusieron por 2-0 a un Córdoba que ya tenía pie y medio en Segunda División. Desde entonces, ocho encuentros que han sido una travesía por el desierto para el cuadro blanquiazul, impotente ante el triunfo en su feudo.

Cinco empates y tres derrotas es el balance que el Málaga manejaba hasta que a Charles le dio por desatarse de cara a gol y colocar el primer triunfo en Liga de la temporada para el Málaga.

Es cierto que el verano y la pretemporada están de por medio -ganó el Trofeo Costa del Sol al exótico Lekhwiya de Catar por 2-0, pero un equipo como el Málaga y que siempre ha cimentado su filosofía en hacerse fuerte en su campo, tanto tiempo sin ganar en Martiricos no era habitual.

Ahora, con el primer triunfo de la temporada en casa, el equipo de Javi Gracia espera que Martiricos vuelva a ser ese fortín que fue en temporadas pasadas.