La tempestad institucional en la que está sumido el Málaga CF desde hace varias semanas y que se hizo pública el martes a última hora vive en estas últimas horas un fino paréntesis. Una calma tensa que sigue agitando los cimientos de la planta noble de La Rosaleda. Lo cierto es que la intención de la familia Al-Thani, focalizado en los hijos del jeque, es la de realizar un cambio drástico en la cúpula directiva del conjunto blanquiazul, lo que afectaría a varios cargos de la entidad.

El mismo Vicente Casado, director general del club, lo ratificó ayer, al mismo tiempo que no desmintió ninguna de las informaciones publicadas estos días por los medios de comunicación. «Se tomarán todas las decisiones que se tengan que tomar por el bien del club y lo veréis en breve», aseguró ayer el directivo blanquiazul en las primeras declaraciones públicas desde dentro del club desde que el martes por la noche estalló la crisis institucional.

Así las cosas, la semana que viene, en la que se espera la presencia de Nasser en la ciudad, se presenta clave para los intereses de muchos en el club. La situación de incertidumbre no cesa y muchos son las personalidades dentro del club que se ven con la soga al cuello.

Aún, la familia Al-Thani no ha ejecutado ninguna de las ideas que tiene en la cabeza ya que han decidido ralentizarlas por lo costoso que supondría un despido en masa de altos cargos de la entidad. Así, parece que esa descapitalización prevista por parte de la propiedad se llevará a cabo de manera escalonada y no de una tacada como pretendían sus hijos.

En todo caso, la imagen del Málaga CF como entidad a día de hoy está en entredicho. De cara al exterior, la credibilidad que el club había adquirido ante las instituciones está a punto de saltar por los aires y no parece que los Al-Thani gocen de crédito tras sus constantes desplantes y promesas que aún están por cumplir.