Vicente Casado Salgado llegó al Málaga CF en 2011 como director de Desarrollo y Área de Negocio de la entidad blanquiazul y su ascenso dentro de las altas esferas del club fue meteórica. En solo un año de estancia en la Costa del Sol ya se había convertido en director general del club, cargo que ostentaba hasta que anoche el consejo de administración decidió «extinguir» el contrato que le vinculaba al club.

El que hasta ayer fuera dirigente blanquiazul, licenciado en Psicología Industrial por la Universidad París X, tiene una dilatada experiencia en el mundo del deporte. A lo largo de su trayectoria ha formado parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), entre otras muchas responsabilidades, y, sobre todo, es conocido por su implicación en la organización y desarrollo del Mutua Madrid Open de Tenis, uno de los torneos más prestigiosos del mundo, desde donde precisamente llegó al club de Martiricos.

Solo un año después de llegar al club, Casado se convirtió en director general del Málaga el 5 de septiembre de 2012, al comienzo de una temporada apasionante donde el Málaga llegó hasta cuartos de final de la Liga de Campeones. El jeque Al-Thani, propietario del club, depositó toda la confianza en Vicente Casado para que fuera la cabeza visible de la institución aquí en Málaga, especialmente tras la marcha de Ghubn.

Han sido tres años largos en los que el francés de nacimiento ha tenido que lidiar con una de las peores situaciones económicas de la entidad. Pero la buena relación con el sheikh, que le hizo ascender rápidamente dentro del organigrama del club, se ha ido deteriorando en los últimos meses, hasta el punto de que el mandatario catarí ha decidido prescindir de sus servicios.

Nunca contó con el afecto de una afición que vio en él en muchas ocasiones al culpable de todos los males económicos del club. Sus declaraciones en sus comparecencias en ruedas de prensa nunca calaron en la hinchada. La «autosuficiencia» y los mensajes de tranquilidad, que nunca llegaban a convertirse en realidad, hicieron empeorar su imagen de cara a la afición blanquiazul.

En los últimos meses al frente de la dirección general del club, Casado mantuvo una disputa con la propiedad que ha llevado a esta situación irreversible. Las diferencias a la hora de gestionar el club con la familia Al-Thani provocó un distanciamiento cada vez mayor. Buscó inversores chinos y aire nuevo. Así que el sheikh se deshizo de Moayad Shatat y ató de pies y manos a Casado en los últimos días y desde hace unas semanas es sabido que quería «cargarse» a todo su entorno de trabajo. Ayer, a medianoche, tras el encuentro frente al Granada el consejo de administración anunció su destitución y puso punto final a su historia dentro del Málaga CF.