Hundido, con tono de voz poco alentador y con un rostro de máxima decepción. Así apareció Javi Gracia por la sala de prensa de La Rosaleda tras la enésima decepción de la temporada. Esta vez, más justificada si cabe por la forma en la que se produjo el empate frente al Granada.

En primer lugar, el técnico blanquiazul analizó el encuentro y puso como factor determinante la expulsión de Tissone al comienzo de la segunda mitad, además de asegurar que una vez más merecieron más que el resultado que se llevaron a casa. «Si hago análisis del partido, veo que ha cambiado mucho por la expulsión. Sin tener un juego excesivamente fluido el equipo ha competido bastante bien. Con el paso de los minutos teníamos que defender más atrás y sufríamos más. Te queda la sensación una vez más de merecer más. Es una oportunidad perdida. En momentos de necesidad todas las adversidades parecen más. La expulsión es muy rigurosa y luego «Róber» pudo ser expulsado. Me quedo con la sensación de que hemos hecho muchas cosas bien, pero no ha sido suficiente una vez más», afirmó.

El Málaga dominó el choque durante 80 minutos, pero en menos de cinco tiró todo el trabajo por la borda, permitiendo el empate de los granadinos. «Los goles encajados han sido dos centros laterales. El rival buscaba profundidad por banda. Acumulando jugadores no se defiende mejor. Hemos concedido dos remates y se nos ha ido la posibilidad de ganar. Hasta el primer gol de ellos hemos tenido muchas llegadas, nos ha faltado determinación. Parece increíble que no hayamos ganado este partido», aseguró.

La plantilla y el propio técnico queda muy «tocada» tras este empate, sobre todo por la forma en la que se produjo. «Resumir lo que sentimos es difícil. Si tuviera que decir algo, diría ilusión de cara al futuro. Creo que nos merecemos más. Uno se siente decepcionado porque ha hecho méritos para más, pero la realidad es que hemos empatado. Más allá de todo, era un partido que teníamos que ganar. Se nos ha ido. El disgusto es todavía mayor», explicó.

Por otro lado, comentó el cambio de Nordin Amrabat, una vez estaba ya el Málaga con 10 jugadores y su mejor arma eran los contraataques. «Hacemos dos líneas de cuatro con Nordin en la banda, viene de lesión y estuvo dos días sin entrenar. Nos gustaría verlo en mejores condiciones. Creímos oportuno meter a un jugador de refresco, que lo ha hecho bien. Tuvimos muchas opciones de ganar este partido», apuntó.

Por otro lado, tras este empate fue preguntado, obviamente, por si teme por su puesto al frente del banquillo blanquiazul. «No me gustan los cánticos contra nadie. Tenemos que estar unidos. No tengo ganas de tonterías. Hago mi trabajo lo mejor que sé. Si la consecuencia es que tengo que dejar mi puesto, me iré a mi casa. Voy a trabajar al máximo mientras esté», explicó.

Por último, se le pidió que mandara un mensaje de ánimo a la afición en este delicado momento. «No me siento con el poder de decir nada convincente. No va a consolar, ni a convencer... Todo en la vida es cuestión de tiempo, hay que aprovecharlo para trabajar. No quiero mandar mensajes que vendan humo. Espero que en el futuro haya recompensa», concluyó.