Adnane Tighadouini recogió elogios y amasó ilusión blanquiazul hace no mucho. Saboreó levemente las mieles del éxito con su gol al Deportivo de La Coruña. Llegó a participar con mayor o menor fortuna y protagonismo durante diez jornadas consecutivas. E incluso, de manera casi efímera, gozó de la confianza del técnico para que recayera sobre su espalda la responsabilidad del gol. Ahora, el extremo holandés internacional con Marruecos ha sido engullido por el paso del tiempo. Ha sido relegado a un lugar casi residual, es el último en la rotación en su puesto, extremo izquierdo, y es uno de los señalados para buscar fortuna lejos de Martiricos este invierno.

Tighadouini llegó el pasado verano como una apuesta malaguista. El club desembolsó casi un millón de euros por su traspaso desde el descendido NAC Breda. Firmó por cinco años y llegó avalado por Nordin Amrabat, que lo acogió y lo convenció de que Málaga era un gran lugar para jugar y para crecer como futbolista.

Sin embargo, su estrella se fue apagando pronto. No fue una gran pretemporada la suya, pero pese a todo, tenía buen cartel de su paso por su anterior liga e incluso llegó a recibir el interés de viejos conocidos. El Málaga CF llegó a rechazar una oferta de cesión de 600.000 euros por parte del Vitesse, club en el que se formó y que lo conoce a la perfección.

La apuesta fue firme, pero ahora ya no entra en los planes de Gracia. No ha sido convocado en las últimas seis jornadas de Liga y hoy debería ser el recambio natural de Amrabat en la convocatoria del técnico navarro. Sin embargo, primero Juankar -que en pretemporada contaba como lateral- y luego Ontiveros le robaron protagonismo. Ahora, con la llegada del «Chory» Castro, su puesto está muy caro para él.

El marroquí tampoco ha ayudado demasiado. Su adaptación está siendo lenta y aunque es un extremo puro, ha jugador de delantero en varios partidos y ha coincidido con el pico más bajo del Málaga en la temporada. El club vería con buenos ojos una cesión para seguir progresando, dada su juventud (23 años). Una evolución que se ha visto estancada en estos momentos por su inactividad.

En una situación muy similar a la de Tighadouini se encuentran otros nombres que no están entrando en las convocatorias y que están señalados cada jornada. Espinho, Mastour, Tissone u Horta suelen ser los descartes habituales cada semana.

El mediocentro portugués ha gozado de muy pocas oportunidades y se le busca salida. A su edad (30 años) y tras tres partidos de blanquiazul, su rol es de casi olvidado. El club estaría contento si llega con ofertas. Mastour, por su parte, necesita jugar. Llegó para coger minutos, pero su juventud y su inexperiencia ha sido un hándicap. Tissone también parece señalado en las últimas semanas y Gracia ha apostado por Filipenko de mediocentro antes que por el argentino. Podría tener ofertas de Italia, según su padre y representante. Horta, por su parte, es el que más opciones tendría de quedarse. Se le quiere reconducir, aprovechar sus virtudes, aunque también ha desaprovechado las ocasiones que ha tenido hasta la fecha. No deja de ser un jugador de banda, el puesto que más demandaba Gracia en verano.

La parrilla de salida está abierta. La duda es conocer quién saldrá antes y si lo harán conforme a las necesidades del club.