La locura, los cambios continuos en el marcador, la emoción y los nervios se apoderaron del Dépor-Málaga de ayer, un partido que finalizó con tablas pero que pudo ganar cualquiera. Una auténtica montaña rusa que finalmente supuso un reparto de puntos entre dos equipos muy parejos en todo -van empatados también en la tabla clasificatoria- y que dadas las circunstancias de cómo llegó el duelo a sus minutos finales, puede darse por bueno para los intereses malaguistas.

El carrusel de comenzó con el gol inicial de Charles (0-1), siguió con la lesión de Kameni y la entrada, por ende, de Ochoa, prosiguió con el empate de Borges (1-1), continuó con el tanto de Camacho (1-2), después los de Cartabia y Lucas Pérez (3-2), para culminar la demencia de Riazor co el gol en propia puerta de Arribas (3-3). Y aún hubo tiempo para que Velasco Carballo dejara al Málaga con 10 en el descuento por expulsión de Camacho.

Pero la locura, según los médicos, siempre tiene una explicación clínica y la de ayer vivida en Riazor responde a dos factores claramente diagnosticables: Recio se consagró como un excelente lanzador de córners con tres asistencias de lujo y el Málaga estuvo calamitoso en defensa, dando todas las facilidades a un Deportivo que se aprovechó de sus tres únicas llegadas con serio peligro. Los tres tiros entre los tres palos de Ochoa que intentó el conjunto coruñés fueron para dentro.

La falta de cordura que supuso el partido, emocionante para todo aquel que ayer no vistiera los colores blanquiazules de ambos equipos, deja además daños colaterales importantes para el Málaga. Primero la lesión de Kameni, que a falta de pruebas parece que tiene dañada su rodilla derecha tras una parada a Lucas Pérez. Tuvo que ser sustituido y cuanto menos es seria duda para el duelo del viernes del Sporting y segundo, la expulsión de Camacho por una acción rigurosísima. El maño vio la segunda amarilla por desplazar el balón en una acción que Velasco Carballo interpretó como pérdida de tiempo deliberada. Me cuesta asumir que esa misma acción fuese roja si el que la realiza se llama Busquets, Kroos, Gabi o Banega... Pero esto es el Málaga y parece que estamos obligados a «mamar».

Y eso que todo se le puso de cara al Málaga con el gol de Charles. El Dépor mandaba en el partido pero sin hacer daño a los de Gracia, cómodos y bien asentados ante un equipo al que se le notaron las dudas acumuladas tras 11 partidos sin ganar. Muchos...

Así, sin hacer demasiado, el brasileño aprovechó un magistral córner sacado por Recio, que previamente peinó Albentosa para que el ariete blanquiazul sumara su décimo tanto en Liga. Gol de «9».

Todo marchaba según el guión. Riazor enmudeció y luego comenzó a murmullar, lo que a muchos futbolistas desconciertan más incluso que los pitos. Pero en una jugada aislada, Kameni salvó el gol de Lucas Pérez, con tan mala suerte que en la acción se torció la rodilla, que dijo basta. El camerunés, que intentó seguir en el partido que cumplía 300 encuentros en Primera, tuvo que ser sustituido sin poder celebrar una redonda cifra que una carrera dilatada como la suya se merece. Una pena.

La lesión del africano, en cambio, propició el debut en Liga del mexicano Ochoa, inédito en el torneo de la regularidad en el año y medio que lleva en Málaga. Ahí fue cuando el equipo malaguista entró en un estado de confusión propiciado por la marcha de su portero, y el Dépor lo aprovechó cerca del descanso.

Cartabia superó a Miguel Torres por la derecha y su centro raso, sin aparente peligro, lo dejó pasar Albentosa para que Borges, más vivo que Atsu, controlara y rematara a gol sin que Ochoa pudiera hacer mucho más que mirar como el balón besaba la red.

Mazazo para las aspiraciones del Málaga, pero que supo rehacerse rápido para finalizar la primera mitad con una gran ocasión del Chory Castro, que no culminó una volea en el descuento a pase de Rosales.

La segunda mitad supuso la segunda vuelta en la montaña rusa en la que se convirtió el partido de ayer. Pero los últimos 45 minutos, la vuelta en el carrusel fue más vertiginosa si cabe y de espaldas. Una locura. El Málaga volvió a adelantarse por medio de Camacho, tras otro saque de esquina medido de Recio, pero se dejó remontar con goles de Cartabia y Lucas en sendos fallos atrás del Málaga, irreconocible ayer en tareas defensivas, una de sus señas de identidad en esta temporada.

Pero cuando el partido echaba el telón, Recio sacó una falta que colocó el balón en el punto de penalti para que Arribas estableciera el 3-3 final, en propia meta. Un empate justo entre dos equipos muy parejos, que deja un vencedor a los puntos: el Málaga, que al menos mantiene el golaverage a favor con un rival directo.