Julio César Dely Valdés (Colón, Panamá, 12 de marzo de 1967) fue durante tres temporadas -2000, 2001 y 2002- el mejor delantero del Málaga CF, formando dupla junto a Darío Silva. El panameño habla para La Opinión relatando su nueva vida como entrenador y la experiencia en la selección nacional de su país, todo ello sin olvidar al Málaga CF y a su técnico, Javi Gracia. Asimismo, nos remonta a su época como jugador blanquiazul.

¿A qué se dedica actualmente?

Digamos de alguna manera que a formarme, aprovechando que estoy en Málaga. Estoy haciendo algunos cursos de entrenador y un máster de dirección deportiva también. Todo en esa línea.

¿Cómo fue la experiencia de ser seleccionador nacional de su país?

La experiencia vivida con la selección fue algo muy bonito que volvería a repetirlo tal y como ocurrió, a pesar de no habernos clasificado para el Mundial de Brasil. Llegó hasta ilusionar a todo un país, lamentablemente no se consiguió el objetivo pero se creció muchísimo.

A pesar de llegar a la final de la clasificatoria, algo que no se había conseguido hasta el momento, ¿por qué decidió irse?

Después de la no clasificación tuve dos o tres reuniones con el presidente de la federación donde él quería que le diéramos continuidad al trabajo que habíamos realizado. Al final tomé la decisión de no continuar porque habían sido tres años muy intensos, y mucho tiempo en un solo sitio a veces es muy complicado.

Trabajó con su hermano Jorge, ¿mezclar familia con trabajo es bueno?

Depende, muchas veces se dice que no es bueno, pero Jorge es mi hermano gemelo, mi amigo. A lo mejor con otro hermano no podría haberlo hecho pero con Jorge sí porque somos uña y carne.

Qué es más difícil, ¿estar en el terreno de juego como jugador o como técnico?

Creo que como entrenador es mucho más difícil, hay que abarcar mucho más. Como jugador no te preocupas de tantas cosas, sólo del día a día. Como entrenador es difícil manejar un grupo. Es muy complicado cuando juegas un torneo oficial o un partido importante hacer la convocatoria, de tener contentos a los 23 jugadores.

¿Y en cuál de las dos situaciones se sentía más cómodo?

Obviamente como jugador, pero me gusta entrenar, me gusta la faceta de entrenador y de alguna manera también me siento cómodo. Cuando haces algo que te apasiona te sientes cómodo.

Como entrenador, ¿qué idea futbolística tiene Dely?

Más que idea, uno como entrenador lo que quiere es que su equipo juegue bien. Creo que más que estilo, que una filosofía, lo importante es tener actitud. Además, uno tiene que conseguir como entrenador que independientemente del rival que tengas enfrente, la motivación debe ser siempre la máxima. Como ejemplo yo pongo al Atlético de Madrid, desde mi punto de vista.

¿Cómo recuerda su etapa como jugador del Málaga?

A nivel de grupo, la mejor de mi carrera. Había un grupo fantástico, que a día de hoy nos mantenemos en contacto. Tenemos un grupo de whatsapp y había un grupo excepcional. Futbolísticamente hicimos cosas buenas para el club, como jugar la UEFA por primera vez en la historia, pero más allá de las cosas deportivas, me quedo con el grupo. Mi mejor época.

Formó una dupla letal con Darío Silva, ¿sigue manteniendo relación con él?

Sí, con Darío hablo muy de vez en cuando, o hablamos por el grupo directamente.

¿Cómo era su relación con Joaquín Peiró?

Muy cordial y positiva. Dos profesionales con una relación ejemplar. Cuando yo llego a Málaga tengo ya 33 años, una edad madura para el fútbol y el trato de él hacia mí, y el mío hacia él era de dos personas que llevaban mucho tiempo ya en el fútbol. Fue una relación acorde a la experiencia que ya teníamos.

¿Y cómo era Peiró como entrenador?

Muy serio en su trabajo, tenía muy claras las cosas que quería, era un técnico que no se complicaba demasiado. Supo llevar al grupo que tenía de la manera que tenía que llevarla, acorde a los futbolistas. A nivel de manejo de grupo, excepcional. Supo sacar adelante la temporada, y no solo Peiró, su cuerpo técnico también, su segundo, Juan Carlos Añón; y el preparador físico, José Luis Gilabert.

El máximo goleador de la historia del Málaga en Liga, ¿se queda con algún gol en especial durante su etapa malaguista?

Recuerdo siempre el gol de chilena a Cañizares, un gol con el que ganamos al Valencia 4-0. Recuerdo un gol al Athletic, en una víspera de Reyes, que también ganamos por 2-1, marqué los dos goles, pero el segundo fue especial, por la belleza del tanto. También los dos goles ante el Leeds, o mi primer gol oficial con la camiseta del Málaga, ante el Mallorca, ahí ganamos 0-1.

Dejó el puesto de segundo entrenador del Málaga en junio de 2010, ¿cómo fueron esos dos años en el cargo?

Para mí fueron dos años muy importantes. Tapia y Juan Ramón Muñiz son dos entrenadores que trabajan mucho la táctica, quieren en su trabajo casi rozar la perfección. Y yo he tenido la suerte, entre comillas, de que el año con Muñiz nos fue regular, estuvimos hasta el último momento por no bajar, pero fue muy positivo porque en lo personal pude experimentar las dos sensaciones. Con Tapia tuvimos un año muy bueno, con posibilidades incluso de entrar en Europa, por lo que fue muy tranquilo.

¿Cómo era Antonio Tapia como entrenador?

Intenta rozar la perfección, que no se le escape ningún detalle, es como Javi Gracia. En aspectos tácticos también era muy metódico, en las jugadas a balón parado. Es un enfermo en el buen sentido de la palabra.

¿Con qué se queda de su etapa malaguista?

Como jugador me quedo con la evolución que hubo, donde el tercer año fue mejor que los dos primeros; y con el grupo, sobre todo. Y como entrenador, la experiencia que pude coger con Tapia y con Muñiz, donde aprendí muchas cosas como técnico al ver las dos caras de la moneda.

¿Sigue la temporada del conjunto malagueño?

Sí, incluso cuando estaba en la distancia. Yo me considero siempre fanático o hincha de los equipos en los que he jugado. Cuando llegué a Málaga tuve la oportunidad de hablar con Javi Gracia y ver cómo entrenan. Valió la pena.

¿Cómo ve al Málaga de Javi Gracia?

Como yo le digo a un futbolista, tú no puedes valorarlo por dos o tres partidos, tienes que valorarlo por toda la temporada, y teniendo en cuenta todas las cosas que han pasado antes de iniciar la temporada, hay que quitarse el sombrero. Al principio de la temporada los resultados no eran favorables, pero no obstante uno tiene que analizar los partidos en sí, no los resultados. Luego vino la marcha de Amrabat. Cuando lo analizas todo, chapeau. Hay que saber gestionar eso y a día de hoy a como estábamos, hay que aplaudirlo.

¿Cómo valora la labor del técnico navarro?

Espectacular. Creo que ha hecho bien el Málaga ofreciéndole la renovación. Es un entrenador válido. Yo escucho nada más que comentarios positivos, y no ahora que van bien las cosas, sino antes cuando iban mal también. Tenemos que estar tranquilos porque el Málaga está en buenas manos. Para la próxima temporada las cosas se deben gestionar mejor que en el comienzo de ésta, y todo irá mucho mejor.

¿Resaltaría la labor de algún jugador en concreto?

Siempre digo que mencionar a un jugador es quitarle mérito a la plantilla. Es un deporte de equipo, pero sí es cierto que algunos destacan. Por ejemplo, justo cuando Camacho se recupera, no sé si es casualidad, pero el Málaga mejoró. Llámalo casualidad o causalidad. De igual forma creo que Juanpi también es un futbolista que ha mejorado mucho desde hace dos meses, y Pablo es un jugador joven de la cantera que tiene mucho futuro. Pero al fin y al cabo es un deporte de equipo.

¿Qué cree que le falta al Málaga para dar un paso hacia adelante en la clasificación?

Han logrado conseguir una calificación bastante alta después de la situación en la que estaban. Conseguir lo de Europa no es imposible, aunque tampoco es fácil. Aún así podemos dar por satisfecha la temporada porque lo que está haciendo Gracia no es nada fácil, acompañado de su cuerpo técnico.

¿Cómo vivió la eliminación del Málaga en Champions ante el Borussia?

Decepcionado. Como todos los aficionados del Málaga yo era uno más. El Málaga jugando de tú a tú en Dortmund fue espectacular, hasta que llegó el gol en fuera de juego. Como si fuese una pesadilla. A veces las decisiones arbitrales pueden dejarte fuera de una competición importante, y eso le ocurrió al Málaga. Con todos los árbitros que hay en Champions, o no lo vieron o no lo quisieron ver. Aún así dio gusto ver al Málaga ese año jugando en campos como San Siro.

¿Cuáles son sus posibilidades de entrenar en España o en Europa?

Ahora me tengo que decidir en una semanas para hacer un curso académico intensivo de nivel tres en Madrid o Málaga, que hay una posibilidad también, y en el verano próximo podría tener el nivel tres. Así te dan la oportunidad de entrenar en España.

¿Le gustaría entrenar al Málaga en un futuro?

Yo digo que en los equipos en los que he estado siempre me gustaría volver a trabajar. He tenido la posibilidad de trabajar en el Málaga, como segundo, aunque mejor sería como primero. En un futuro cercano no hay opciones, el Málaga está en muy buenas manos, pero en futuro lejano nadie sabe.

Han pasado ya muchos años y la gente en Málaga se sigue acordando de usted, ¿le llegan esos mensajes de cariño?

Obviamente, desde que llegué. Ya como segundo entrenador lo sentía, y ahora siempre hay alguien que me reconoce en cualquier sitio.