Serio pero trabajador y constante. Así definen a Juande Ramos, el nuevo entrenador del Málaga CF, jugadores y excompañeros que han estado bajo su tutela. Un entrenador con ambición y con un nombre dentro del fútbol. El manchego, que cerró su etapa en Dnipro ucraniano hace dos temporadas, vuelve a subirse a la rueda en el banquillo del Málaga CF, precisamente el que lo lanzó hacia la cúspide del mundo del fútbol y del que guarda un grato recuerdo.

Juande afrontó en Martiricos, hace doce temporadas, un curso complejo. Recogió el guante de un Málaga histórico, que venía de jugar la Copa de la UEFA y que había cumplido ciclo con la salida de Peiró, Dely Valdés o Darío Silva. Pero supo readaptar los mimbres que tenía en la plantilla para sacar tajada de buenos jugadores. En aquel Málaga de la campaña 2003/04, que acabó décimo, recordado es aún el 5-1 al FC Barcelona en La Rosaleda. Salva Ballesta fue el máximo anotador del equipo con 18 goles y Duda, uno de los más destacados. El Málaga era férreo en defensa y muy peleón en ataque. Versátil y atrevido.

Sin embargo Juande decidió no seguir más que un año, porque la apuesta malaguista no iría a más. El manchego se dio un año sabático y recaló en el Sevilla, donde comenzó a escribir la historia europea sevillista con dos copas de la UEFA. También ganó una Copa del Rey, una Supercopa de España y otra de Europa.

Juande decidió marcharse del Sevilla al Tottenham para convertirse en el técnico mejor pagado del planeta y aunque ganó la Carling Cup, su aventura británica acabó meses después.

Firmó a mediados de 2008/09 por un Real Madrid en pleno proceso de cambio, pero cumplió un buen final de temporada. No continuó en el club blanco y decidió emprender aventuras por el Este de Europa. Primero en el CSKA Moscú, donde duró sólo mes y medio. Luego en el Dnipro, donde estuvo cuatro años. Ahora Málaga será una página nueva en su carrera.