Los chispazos de genialidad, los que ya conocíamos de Juanpi y los que se le vislumbraban a Sandro, dieron lucidez y brillo a un partido soso del Málaga CF ante un rival inferior en la semifinal del Trofeo Carranza. Una victoria que posibilita que esta noche el conjunto blanquiazul pueda luchar ante el anfitrión por alzarse con el primer Carranza de su historia tras golear 4-1 al All Stars de Nigeria y tras demostrar que tiene hechuras para solventar este tipo de compromisos.

Por desgracia, el Málaga no se encontró anoche en el semivacío estadio gaditano a un rival rocoso ni que opusiera gran resistencia para poder testar su nivel a una semana del arranque de la competición. Hay ganas de calibrar el punto de cocción de este equipo, que lejos de tener una pretemporada complicada ha solventado todos sus compromisos con acierto y sin besar la lona en ninguno de ellos.

La lectura podría ser extremadamente positiva, pero es mejor dejar en barbecho los análisis para citas más exigentes. En cualquier caso, es innegable que este Málaga tiene destellos de calidad, sabe explotar sus armas y también, como punto negativo, tiene ciertos despistes defensivos que le pueden costar muy caro en el futuro. Pros y contras que volvieron a quedar de manifiesto anoche.

Juande Ramos apostó por un once cargado de posibles titulares y que no sería complicado imaginárselo el próximo viernes en el debut contra Osasuna. Salió de inicio con un punta, Sandro, y con un mediapunta, Juanpi, acompañado de los dos extremos fichados este verano -Jony y Keko-. Y también con Kuzmanovic -en sustitución del lesionado Camacho- acompañando a Pablo Fornals.

El Málaga salió enchufado de inicio y Keko acumuló varias ocasiones claras para adelantar al conjunto blanquiazul. La falta de acople del conjunto nigeriano -es un combinado de jugadores de la Liga de su país-, además de la seriedad malaguista lo hacía dominador del encuentro. Un control que se plasmó en el marcador a los 20 minutos en un testarazo del mediocentro serbio tras un fallo defensivo en un córner. Kuzmanovic se estrenaba como goleador.

Otro despiste. El Málaga siguió a su ritmo, pero los africanos se soltaron en ataque. Y fruto de ello, además de un gran despiste defensivo blanquiazul, llegó el gol de los nigerianos. Una mala cesión a Kameni, un mal despeje y una mala marca acabó con el balón en la meta malaguista. No dejaba de ser un accidente -vinieron otros-, pero al Málaga se le acumulan en las últimas fechas, lo que invita a pensar que ya no es casualidad, sino causalidad.

Juanpi, que ya había lanzado el córner del primer gol, comenzó a gustarse. Lanzó un par de caños como aviso de lo que iba a venir. Y pocos minutos después asistió a Sandro para que no perdonara ante Ezenwa. El canario tiene aroma de killer, aunque debe ratificarlo con goles como los de anoche. Con 2-1 se marchó el partido al descanso, pero el propio Juanpi y Sandro pusieron de nuevo de manifiesto su conexión para poner tierra de por medio en la reanudación. El atacante no perdonó, esta vez de primeras y con la derecha (46´).

El transcurso de la segunda mitad cayó en el olvido con el carrusel de cambios y con la bajada de ritmo. Pero la entrada del canterano En-Nesyri volvió a encender la luz de actividad en el choque. Porque el joven marroquí tiene hambre y no tardó en aprovechar una nueva oportunidad. A pase de Recio, el Pichichi del verano fusiló al meta rival y marcó el cuarto de la noche y el quinto de su cuenta, confirmando un poco más la evidencia de que está para algo más que jugar en Tercera. Hoy, el Cádiz -que eliminó al Atlético en penaltis- a las 21.30 horas, el último escollo del verano.