West Bromwich será, salvo cambio brusco de las negociaciones, el nuevo hogar de Ignacio Camacho y su familia: su mujer Carlota y su bebé. Una ciudad con algo menos de 150.000 habitantes, en el centro de Inglaterra, a 200 kilómetros de Londres y que votó mayoritariamente por el «Brexit» en el referéndum de salida del Reino Unido de la Unión Europea. Camacho dejará el Málaga CF y «su» Málaga tras más de seis temporadas. Que viene a ser media carrera en la vida de un futbolista. Aquí se ha convertido en lo que es: un pedazo de jugador, un pelotero. Desde Málaga incluso ha llegado a la selección española.

Los cantos de sirena del Atlético de Madrid, verano tras verano, se quedaron en eso. Este agosto ha preguntado por él un club de Champions como el Mónaco. Pero al final, el que va a poner la pasta y los 3.000 millones de las antiguas pesetas es el West Bromwich Albion, que, para que ustedes se hagan una idea, acabó la Premier 2015/16 en la decimocuarta posición. El equipo ganó apenas 10 partidos de los 38 que disputó y marcó 34 goles en toda la temporada, menos de uno por encuentro. El West Bromwich tiene una Liga, conquistada en 1920, tras la I Guerra Mundial. Ha llovido, más allí. La temperatura media en su nueva ciudad es de 9ºC. En julio, el mes más caluroso, la media es de 15.5ºC. En diciembre deberá ponerse bufanda, gorro y guantes, porque no llega a los 3ºC. Ya del paraguas y el chubasquero mejor ni hablamos...

A mí me resulta inexplicable, visto lo visto, que un tío cambie el paraíso malagueño por lo que se va a encontrar allí. Que, mucho ojo, es profesional, vive de esto y tiene todo mi respeto y admiración. Porque cuando se ha puesto la blanquiazul la ha defendido a muerte. Y con eso me quedo. Además, no he visto el contrato que va a firmar, seguro que repleto de ceros. Eso sí, creo que un futbolista como él, de su categoría, puede aspirar a más, a un club de Liga de Campeones o de Europa League, por mucho que el chino Lai Guochan -que ha adquirido hace unas semanas el futuro club de Camacho- le haya «comido» la oreja y le haya «vendido» la potencialidad del proyecto. Por mucha pasta que se repartan los modestos de la Premier en derechos televisivos, que ésa es harina de otro costal y de un largo debate. A mí Camacho me ha parecido, durante las últimas temporadas, las manos, los pies y hasta la cabeza de este Málaga CF. De un equipo que no bajado de la décima posición en los últimos cursos en la Liga. Y suplirlo va a resultar un suplicio.

Porque quedan tres día mal contados para cierre de mercado y porque Juande Ramos, bastante desafortunado en los dos primeros partidos ligueros, aprieta con un portero y por un delantero, además ahora del roto de Camacho en la medular. El aún novato Francesc Arnau deberá hilar fino. Hasta ahora, ha mezclado aciertos y errores. Kameni le metió un gol por la escuadra con su renovación y luego fichó con anticipación y buena vista a dos bandas (Jony y Keko) y a una perla como Sandro. Se gastó un pastizal tremendo en un delantero uruguayo que ahora su entrenador no quiere y se equivocó con Albentosa. Pero el director deportivo toma decisiones, que para eso cobra. Y ahora deberá demostrar cómo está de contactos y de agenda. Porque por Camacho tiene que traer un pez gordo. No vale cualquier cosa.

La tercera pata del banco sigue tuiteando y reclamando el poder que él mismo rehusó utilizar. El jeque Al-Thani está confundiendo los términos. Presidir no significa protagonizar. Y él quiere ser ahora protagonista en todo, quizá para borrar los años de ausencia en los que desatendió su club y lo dejó en otras manos. Y ya sabemos qué ocurre cuando eso pasa. Con el 49% de la propiedad de la entidad en los juzgados y con un cruce de querellas penales, el dueño ultima un nuevo organigrama para el club. Que está en su derecho, para eso el Málaga CF es suyo.

Al menos, hasta que la justicia se pronuncie. Lo que huele a chamusquina es que los nuevos cargos -sus hijos- puedan tener retribuciones (elevadas), mientras siguen resonando esas guerras intestinas. Básicamente porque si te pones un sueldazo le estás quitando inversión al equipo. Aunque éste es un tema distinto. Ahora lo que preocupa al malaguismo es Camacho. Y cómo minimizar el agujero que dejará el mejor futbolista del equipo. Tiene tres días. El tiempo ya corre en contra. Tic, tac, tic, tac...