Juande Ramos tiene una dilatada experiencia en fútbol español. No en vano ha estado en 13 equipos nacionales y ha vivido multitud de historias. Coincidencias y vivencias que son inevitables que no se entremezclen una y otra vez. El Málaga CF visita ahora el Benito Villamarín, donde el técnico manchego hizo carrera antes de recalar en su primera etapa en el Málaga y donde estuvo a punto de firmar el pasado mes de enero, en una intentona del conjunto verdiblanco por hacerse con sus servicios.

Juande rechazó meses atrás la propuesta de los directivos del Betis y poco después recalaría en Málaga. Pero en la temporada 2001/02 recaló en las filas del conjunto verdiblanco tras una gran campaña en el Rayo Vallecano. Fue su anterior proyecto serio antes de recalar en Málaga, ya que en el Espanyol acumuló poco más de seis partidos antes de salir.

Durante ese curso Juande completó un gran año, clasificando al Betis para la Copa de la UEFA. Pero evidentemente el manchego ha visitado más veces el Villamarín. De hecho, en el curso 2007 fue agredido por un botellazo desde la grada que lo hizo salir en camilla. La rivalidad en tierras hispalenses -dirigió con mayor éxito después al Sevilla- le tomó como víctima.

Pero Juande verá rostros conocidos en el banquillo visitante. Sobre todo el de Marcos Álvarez, ahora preparador físico del Real Betis pero compañero del manchego durante buena parte de su carrera. Ambos coincidieron en el Málaga CF en la primera etapa e hicieron carrera en Sevilla, Tottenham, Real Madrid, CSKA de Moscú y Dnipro. De hecho, estuvo a punto de volver a Málaga, pero Marcos ya se había comprometido con el Betis.

Precisamente el entrenador uruguayo también coincidió con Juande en su etapa en el Tottenham como segundo entrenador llegado del Leeds United. «Aprendí mucho de Juande Ramos. Fue un momento muy especial en mi carrera», incidió el uruguayo en su comparecencia ayer ante los medios.