Posiblemente hoy no haya término medio. Quizás el Málaga, tras la horrorosa imagen que ofreció el sábado en el Sánchez Pizjuán, no tenga dónde agarrarse para amortiguar un nuevo revés. Porque caer con el Córdoba, de Segunda División en una eliminatoria a doble partido, sería otro guantazo deportivo al malaguismo, que aún tiene señalada la cara del partido con el Sevilla.

Tengamos la fiesta en paz. Porque lo cierto es que la vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey ante el conjunto cordobés es un todo o nada. Si el Málaga consigue remontar la eliminatoria y acceder a los octavos de final, el partido del pasado fin de semana quedará levemente apaciguado -deberá hacer muchas cosas bien el Málaga en el futuro para hacer olvidar ese sonrojo-, pero si el conjunto de Juande Ramos se queda en la cuneta, se avecinan unas fechas navideñas más tensas de lo esperado.

Todo ello pese a que el Málaga en Liga campea en mitad de tabla, alejado de lo bueno (a siete puntos de Europa) y de lo malo (nueve por encima del descenso). Pero las sensaciones no son las esperadas y las miradas en las últimas jornadas se han centrado en el entrenador. A Juande se le acumulan las críticas y hoy se espera que no sestee con la alineación, que saque un equipo de garantías en busca del triunfo y a por la goleada, que luche por la remontada desde el primer minuto.

Porque pese a que han pasado sólo tres días desde el partido con el Sevilla, el conjunto blanquiazul afronta otra competición y debe hacerlo con bríos renovados. Debe canalizar toda la rabia del sábado noche para reconducirla y focalizarla en el Córdoba. Un triunfo que se antoja más necesario que de costumbre.

Porque el Málaga acumula derrotas y malas actuaciones en la Copa. Un patrón que se repite una y otra vez casi cada año. El conjunto blanquiazul no sabe lo que es ir más allá de cuartos, por lo que su historial en el torneo del ko. es escaso. Y quizás porque nadie espera nada de él, la exigencia pueda parecer menor. Pero el malaguismo espera hoy una respuesta. Clara y contundente. Un paso al frente de su técnico y de sus jugadores. De los hombres que deben reconducir la nave para llevarla a buen puerto.

Espera al menos la afición un regalo navideño, un triunfo que echarse a la boca antes de que el fútbol se detenga por Navidad. Y el objetivo, aunque complejo, no parece imposible. El Málaga está capacitado para marcar dos goles al Córdoba y para igualar la eliminatoria. Sin embargo, también queda en el ambiente la sensación de que posiblemente también es incapaz de dejar su portería a cero.

Juande, para la cita, no cuenta con Camacho, Kameni y Juankar, los tres baja por lesión. Convoca al resto de jugadores que tiene a sus órdenes con la vuelta de Jony, En-Nesyri y Aarón. Queda ver la apuesta que hace el técnico manchego.

El rival. El Córdoba, por su parte, llega crecido ya que con Luis Carrión en el banquillo el conjunto cordobés ha subido sus prestaciones. Desde que debutó contra el Málaga con triunfo, el conjunto franjiverde ha obtenido tres triunfos y una derrota en los cuatro encuentros jugados. Ganó como visitante en Reus y en Oviedo, en ambos casos por 1-2, y sólo cayó hace dos jornadas ante el Cádiz (1-3). Se ha convertido en un equipo peligroso y que puede hacer mucho daño al Málaga, que previsiblemente saldrá al ataque.