Cuenta atrás definitiva. El malaguismo aguarda con impaciencia el debú del Málaga CF de la "era Míchel", que a las 18.30 horas se mide en Martiricos al Deportivo Alavés, obligado a sumar y cortar su mala racha de resultados de las últimas semanas, que le costaron el martes el puesto como primer entrenador a Marcelo Gato Romero

Un golpe de efecto, un giro de 180 grados o un cambio de dinámica. Llámenlo como quieran, pero la cuestión es revertir el delicado camino que ha tomado el Málaga CF en la últimas jornadas de Liga, donde ha cosechado sólo un triunfo de los últimos 13 partidos ligueros y donde amasa números de descenso.

Y para eso ha llegado Míchel al banquillo blanquiazul, para cambiarle el ánimo y la cara a un equipo alicaído y poco optimista con sus posibilidades de victoria. El técnico madrileño, que desembarcó el pasado martes en Málaga y que suma cuatro entrenamientos al frente del equipo, espera reencontrar la senda de la victoria para alejarse de una vez por todas de la zona de descenso, que aún está a siete puntos de distancia.

El técnico blanquiazul ha traído a Málaga cierta ilusión. O al menos ha levantado expectación en el malaguismo, que señalaba a Marcelo Romero como el principal culpable de los males de un equipo que no ha ofrecido el rendimiento esperado ni con Juande ni con el charrúa. Pero tiene un reto difícil Míchel, ya que la plantilla está en horas bajas y las lesiones tampoco le han dado tregua.

El madrileño ha ahondado en sus comparecencias públicas que su prioridad es recuperar el ánimo de sus jugadores, más que exponer novedades tácticas sobre el verde de La Rosaleda esta tarde. Y ahí, a tenor de lo visto en los tres últimos encuentros, debe hacer un trabajo fino el madrileño.

Hay jugadores por debajo de su nivel y sin confianza en sus posibilidades futbolísticas. Y sólo los resultados parecen ser la medicina adecuada para volver a la normalidad. En cualquier caso, y más allá de la expectación que pueda generar la vuelta de Míchel a un banquillo de la Liga española, el Málaga se juega muchísimo esta tarde en Martiricos porque la Liga encara su recta final y los resultados deben llegar.

Y aunque la situación aún no es de alarma roja porque el colchón sigue a siete puntos con respecto al descenso, arrancar con buen pie es fundamental para comenzar a sumar y no pasar apuros en jornadas venideras.

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Otra incógnita es saber con qué saldrá Míchel ante el Alavés. El madrileño no ha ofrecido demasiadas pistas en estos primeros días, pero la convocatoria que ayer dispuso deja a la luz algún enfoque. Una citación en la que finalmente sí ha entrado Camacho, aunque sigue renqueante de su lesión de tobillo, y en la que no está Jony, que es la gran novedad.

Míchel ha citado a 18 jugadores con un marcado acento ofensivo. Ha recuperado para la causa a Santos y Ontiveros, mientras que sigue dejando fuera a Mikel y Peñaranda. Recio y Juanpi, lesionados, son baja, al igual que Pablo Fornals, por sanción.

La duda, sobre todo, es saber si Míchel sale de partida con dos delanteros y si uno de ellos es Sandro. El canario, que regresó tras lesión la semana pasada, apunta al once para intentar llevar mordiente en el ataque. Es la gran esperanza blanquiazul para revertir la situación y la escasez goleadora, pero sus dos meses en el dique seco invitan a pedir prudencia.

El rival, muy rocoso

El Alavés, por su parte, llega en un buen momento de forma a La Rosaleda. Sin alardes, el conjunto vitoriano se ha erigido esta temporada como uno de los equipos revelación. Se ha colado en la final de Copa del Rey y ha mostrado su rocosidad durante la Liga. Es un equipo bien trabajo y al que es complejo marcarle. Llegan con la baja de Theo Hernández y del malagueño Alexis, ambos por sanción. Recupera a Edgar, una bala como revulsivo.