El partido entre el Sporting y el Málaga CF, además de todos los tintes dramáticos que le acompañan, también guarda un significado especial para dos malaguistas. El primero es Jony, asturiano de corazón y que la pasada temporada estaba defendiendo los colores del Sporting. El segundo es Luis Hernández, hijo adoptivo de los rojiblancos y jugador que regresa a la que fue su casa en los últimos cuatro años para dar el salto desde el filial al primer equipo.

Ambos vivirán emociones encontradas, sentimientos que deberán quedar aparcados por la profesionalidad que los caracteriza. Y es que más allá del cariño a un club o una afición, Jony y Luis Hernández también viven una situación compleja en el club blanquiazul por la delicada situación que atraviesa el equipo.

El zaguero pasó ayer por sala de prensa y escapó de sentimentalismos. «Seguro que habrá mucha gente en el campo arropando a su equipo, un ambiente bonito de fútbol. Debemos jugar nuestro partido, sin ansiedad, ser inteligentes, manejando el partido y controlando la ansiedad», dijo en primera instancia.

«En su campo con la afición es un rival complicado, ha mejorado bastante en los últimos meses y va a ser un equipo complicado, que compite bien, que nunca da el partido por perdido. Nos va a exigir lo máximo de nosotros», advirtió sobre el rival, al que conoce de sobra.

Por su parte, Roberto Canella, jugador del Sporting, calificó el partido de mañana como «el partido del año», además de argumentar que «merecen quedarse en Primera».

«Ahora mismo el partido del Málaga puede ser el del año. El que no lo crea se está equivocando. El apoyo de la afición va a ser clave y El Molinón lleno será un plus para nosotros. Es una final, un partido vital, tenemos muchas ganas», dijo el lateral asturiano.