Míchel no pierde el tiempo. Lleva poco más de un mes al frente del Málaga CF y en cinco partidos ya ha empleado a casi todos sus jugadores. 23 hombres ha puesto a jugar el técnico madrileño en lo que está siendo una pretemporada exprés para él. Un periodo de aprendizaje de lo que tiene entre manos, de analizar a cada uno de sus futbolistas y lo que pueden dar de sí sobre el césped. Eso, unido a las apreturas del calendario y los inconvenientes propios de lesionados y sancionados, han propiciado que Míchel les haya dado bola a casi todos.

Así, hasta 23 jugadores ya saben lo que es jugar a las órdenes de Míchel. Solo Boyko, portero suplente, Míkel Villanueva y Luis Muñoz, con ficha del filial, son los únicos integrantes de la plantilla malaguista aptos que no han jugado aún con el madrileño. Los lesionados de larga duración como Kuzmanovic y Koné tampoco han sido de la partida.

Míchel está demostrando ser un perfeccionista. Un estudioso a la hora de sacar el máximo potencial a su plantel. Le ha costado pero la progresión del equipo está siendo de manera ascendente y en los dos últimos partidos ya se ha podido ver un buen boceto de lo que quiere el madrileño para el futuro.

Pero la manera para llegar a esa excelencia y competitividad que busca el técnico es a través del trabajo. Míchel, dadas las circunstancias de su fichaje a mitad de temporada por los malos resultados del equipo, no ha podido contar con una pretemporada, ni planificar la plantilla junto a la dirección deportiva. Por ello, ha tenido que trabajar con lo que ya había y empezar desde cero. El madrileño conocía al grueso del plantel, a algunos más que otros, pero hasta que no los tuvo bajo su tutela y ha ido haciendo probaturas durante entrenamientos y partidos les ha dado a todos casi las mismas oportunidades.

Es cierto que Míchel, como a todos los entrenadores, les gusta un tipo de jugador más que otro dependiendo del puesto, y por ello ha ido utilizando todo lo que tenía a su disposición hasta dar con los jugadores que mejor rendimiento pueden dar a su idea de fútbol.

En todo caso, Míchel ya tiene su núcleo duro dentro del plantel. La espina dorsal del equipo y en los que confía ciegamente. Cuatro jugadores son los que hasta ahora lo han jugado todo con el madrileño: el portero Kameni, el central Luis Hernández, el medio centro Camacho y el lateral Rosales. Además de ellos, otros como Fornals, Llorente , Juankar y Sandro, pese a no haber disputado todos los minutos por sanciones o descanso, se han convertido en básicos para los esquemas de Míchel.

Sin ir más lejos, el madrileño ha rescatado para la causa a la figura de Diego Llorente, defenestrado con el Gato por sus malas actuaciones y falta de confianza, pero que ahora vuelve a ser el jugador que se esperaba cuando llegó cedido este verano por el Real Madrid. Míchel ha hecho una labor de psicólogo espectacular con muchos jugadores de la plantilla y ha conseguido resultados espectaculares.

Otro caso de confianza extrema es el de Pablo Fornals, en el que Míchel se ve reflejado de su etapa como jugador. El canterano ha aceptado el reto de liderar al Málaga pese a su juventud y el pasado sábado, ante todo un FC Barcelona, Míchel le dio la manija del Málaga y el castellonense no se arrugó. Fue el mejor de los blanquiazules junto a Sandro y otro triunfo del recetario de Míchel.