Diego Javier Llorente Ríos (Madrid; 16 de agosto de 1993) se ha convertido en un jugador imprescindible en el Málaga CF desde la llegada de Míchel, con el que ha relanzado su cesión en el equipo de Martiricos hasta el punto de que su continuidad un año más está más cerca que lejos. Le ilusiona el proyecto que se está formando para la próxima campaña y asegura que lo que ha vivido este año en Málaga nunca lo había vivido en su carrera, hasta el punto de que el trabajo psicológico para volver a su mejor versión ha sido más importante que el táctico.

¿Cómo está, tiene la sensación de que ante la Real Sociedad puede ser su último partido con el Málaga CF?

Bueno, tengo la sensación de que es el último partido de la temporada al no poder jugar contra el Madrid por contrato. Del futuro aún no tengo nada asegurado y voy a vivir el partido de Anoeta con muchas ganas e ilusionado por terminar bien.

Dice que no tiene asegurado su futuro pero el Málaga ya le ha comunicado la intención de que continúe un año más y el acuerdo parece cercano, ¿le ilusiona seguir a las órdenes de Míchel?

Está claro que el proyecto que hay de cara a la próxima temporada me llama la atención. Estamos a inicios de mayo, aún es pronto para saber más. El Madrid también tiene que decir lo que opina, que para eso soy de su propiedad. Me atrae el proyecto, empezando por el entrenador y acabando por una plantilla muy competitiva.

Qué de vueltas da esto del fútbol, ¿no?

Sí, para bien o para mal el fútbol tiene estas cosas. En los buenos y malos momentos de mi corta carrera he aprendido que cuando estás arriba puedes caer y cuando tienes momentos peores tienes la opción de revertir la situación. Al principio de temporada no se dieron las cosas como todos queríamos, pero yo tenía confianza y sabía que tenía que tener tranquilidad porque las cosas iban a salir.

En ese sentido, su rendimiento, su confianza y su cambio ha sido paralelo al que ha tenido el equipo de la mano de Míchel, ¿a qué se ha debido?

Partiendo de la base de que es difícil empezar una temporada con tantas novedades... es difícil que todos nos entendiéramos, que el entrenador inculque sus ideas desde el principio. Aún así, antes de que Juande se fuera del equipo creo que no íbamos del todo mal aunque el juego no era el que nosotros queríamos. En la etapa del Gato lo que faltaron fueron los resultados. Ahora con Míchel se ha dado con la tecla, que tanto en el terreno psicológico como en el táctico nos ha inculcado unas ideas que el resultado está siendo el que hemos visto en los últimos partidos. A nivel individual y colectivo el equipo está dando un gran rendimiento ahora.

En el plano individual, su fichaje ilusionó mucho, luego se torció la situación, recibió críticas y se le vio incluso incómodo, ¿qué es lo que pasó?

Todos partimos con unas expectativa muy altas, tú veías el equipo y era para ilusionarse. En pretemporada ya dije que pese a la ilusión generada teníamos que hablar dentro del terreno de juego. En teoría teníamos un equipo bastante competitivo pero éramos muchas caras nuevas y eso no es siempre fácil a la hora de conjuntar. Había que tener paciencia y la afición a veces no entiende de esa paciencia y quiere resultados, nosotros éramos los primeros jodidos por que no salían las cosas, pero si hay algo que ha caracterizado a este equipo es que nunca ha bajado los brazos. Dentro del vestuario el apoyo ha sido espectacular y hemos remado todos para sacar los resultados.

En esos momentos tan «jodidos», ¿en quién se apoyo tanto dentro como fuera del vestuario?

Dentro del vestuario siempre he tenido el apoyo de todos, hemos sido un vestuario unido, que hemos demostrado fortaleza en los peores momentos. Me intentaba evadir de lo que se hablaba fuera y eso me ha ayudado mucho. En el día a día fuera del fútbol mi pareja y mi familia han sido fundamentales.

Sin quitarle méritos, ¿su mejora se debe en parte a jugar con Luis Hernández de pareja de central?

Es muy fácil jugar con él, es un jugador bastante comunicativo y yo es una cosa que agradezco mucho. Creo que se me ha visto bastante cómodo formando defensa con él y quizás esa haya sido una de las claves de nuestra mejora, tanto a nivel colectivo como en el plano individual.

Antes de eso casi se podría decir que había desaparecido de las alineaciones, pero entonces llegó Míchel...

Sí. La llegada de Míchel ha sido como un soplo de aire fresco para mí. Me ha ayudado en lo psicológico y en lo táctico. Vino con unas ideas nuevas, lo psicológico era algo que teníamos que trabajar bastante. Con el Gato hubo partidos que lo hicimos mejor, otros peor pero los resultados no llegaban y eso nos fue machacando, como el día del Villarreal. Yo nunca he perdido la ilusión, la esperanza, las ganas de trabajar y cuando me ha vuelto a llegar la oportunidad no la he desaprovechado.

¿Llegó a temer por la permanencia?

Si te digo la verdad, no. La gente solo ve los partidos domingo a domingo, pero nosotros veíamos el trabajo diario y a pesar de los malos resultados trabajábamos a destajo. Estábamos jodidos porque las cosas no salían pero sabíamos que tenían que llegar. Personalmente estaba jodido, entrenábamos bien, trabajábamos fuerte y no llegaban los resultados, pero no llegué a dudar de que el equipo conservara la categoría.

Visto lo visto en este último tramo de temporada de la mano de Míchel, ¿hasta dónde puede llegar el Málaga la temporada que viene si se mantiene este bloque?

Eso es algo que depende de nosotros. Somos un equipo que si estamos todos metidos y concentrados hemos demostrado que podemos ganarle a cualquiera, como Barcelona o Sevilla, equipos de Champions. Se puede crear una expectativa pero tendremos que demostrarlo dentro del campo.

Tiene 23 años y le ha dado tiempo a debutar y ganar títulos en un grande, descender con el Rayo, debutar con la selección española absoluta, sufrir y disfrutar en el Málaga...

Son experiencias que uno va metiendo en la mochila y seguro que me servirán en un futuro, las buenas, pero sobre todo las malas. Si algo he aprendido este año es a encarar situaciones adversas que nunca había vivido en el fútbol y estoy muy orgulloso de haber podido pegar ese cambio de rendimiento que me había llevado a contar menos para el entrenador. Son situaciones que cuanto antes te lleguen es mejor.

¿Qué diferencias hay entre la cesión que vivió en el Rayo Vallecano con ésta del Málaga CF?

Son diferentes, son equipos con aspiraciones muy distintas. Aquí el nivel de exigencia es mucho mayor, me he tenido que adaptar a ello y me ha servido para entender esta exigencia. En el Rayo cogí experiencia en Primera y estoy muy agradecido a ellos.

¿Cómo está Sandro, se le ve desbordado por todo el revuelo en torno a su futuro que se ha levantado en las últimas semanas?

Él está tranquilo, yo no le noto que esté haciendo cosas extrañas ni nada fuera de lo normal. Ha hecho una grandísima temporada y la consecuencia de ello es que tenga ofertas de grandes equipos. Él tiene que tomar ahora una decisión, él sabe que lo que se le puede ofrecer aquí es todo el cariño de la afición y del vestuario. Él sabe que si se queda será un jugador importante, en su mano está y solo queda esperar a su decisión.

¿Usted qué cree que va a hacer?

Uffff... Es complicada esa pregunta. No sé que tipo de ofertas maneja él. Es un jugador joven y tiene que meditar mucho la decisión porque lo que decida le puede marcar en el futuro. Es un chico que escucha a todo el mundo y seguro que toma la mejor decisión para él.

Por último, ¿repetiremos esta entrevista el año que viene?

- (Se ríe). No te puedo asegurar ni descartar nada, pero ya te he dicho que estoy abierto a quedarme aunque aún no hay nada seguro.