«Es ley de vida». Posiblemente haya sido la expresión más escuchada a lo largo de la semana en el malaguismo, que ha visto cómo en cinco días tres de sus leyendas gloriosas dicen adiós, se marchan, cierran la puerta del vestuario para abrir una nueva en otra etapa, aunque ya lejos de Málaga. Tras los anuncios de Demichelis y Weligton, Sergio Paulo Barbosa Valente «Duda» también se despide este mediodía . Lo hará en una rueda de prensa que volverá a ser lacrimógena, emotiva y cargada de recuerdos que ni el tiempo ni nadie podrá borrar.

El eterno capitán se marcha, aunque queda saber si cuelga las botas definitivamente o emprende una última aventura futbolística. Calidad evidentemente no le falta, pero queda saber las fuerzas que guarda en sus exquisitas piernas, esas que han pisado el césped de La Rosaleda tantas veces y que han defendido la elástica blanquiazul a lo largo de trece largas temporadas.

No en vano, Duda es casi medio escudo blanquiazul. Porque el portugués es también el jugador que más veces ha vestido la camiseta del Málaga CF con 348 comparecencias. Pero siempre lo ha hecho con clase y entrega. Capitán, batallador y con una zurda exquisita que ha hecho temblar a todo tipo de porteros, el luso aterrizó en Málaga en la campaña 2001/02, tras dejar su impronta en Cádiz en Segunda B. Sin embargo, su juventud le impidió tener continuidad y a la temporada siguiente se marchó cedido al Levante, donde tuvo un gran año. Fue entonces cuando regresó con galones y formado. Y de la mano de Juande Ramos comenzó a labrar su nombre como estrella malaguista.

Fue indispensable en los años venideros, hasta que desavenencias con la directiva en la temporada 2005/06 le mandaron al ostracismo, y con él se fue el Málaga CF a Segunda División. La disputa con Manolo Hierro, entonces director deportivo, evitó que el luso jugara la primera vuelta de la temporada. Cuando volvió al equipo, la sentencia de descenso ya estaba casi consumada.

Duda se marchó entonces al Sevilla mientras el Málaga estuvo en Segunda. Allí consiguió una Copa del Rey, una Copa de la UEFA, una Supercopa de España y otra de Europa.

Sin embargo, su corazón seguía latiendo en blanco y azul y no tardó en regresar dos años después. Tapia, con el que también fue pieza clave en su primera etapa, lo repescó en la vuelta a Primera a modo de cesión. Y luego Fernando Sanz lo recompró. Desde entonces ha sido uno de los líderes dentro y fuera del vestuario. Inolvidable su gol al Real Madrid (1-1) en la última jornada de Liga en el verano de 2010. Ese tanto valió una permanencia y el Málaga CF pudo pasar, días después, a manos de Al-Thani. El resto ya es historia conocida por el malaguismo, pero Duda encontró su merecido premio aquella noche de diciembre en La Rosaleda, donde marcó un doblete imborrable al Anderlecht.

O el doblete al Sevilla años después con Schuster en el banquillo. Y es que el luso es el tercer máximo goleador del Málaga en Primera División (35 goles), aunque suma un total de 38 en su dilata carrera como malaguista. Hoy dirá adiós. Aunque más bien será un hasta luego.