Cualquier crueldad que se les ocurra para comparar lo que le sucedió ayer al Atlético Malagueño en el partido decisivo por el ascenso seguro que se queda corta. No pudo ser. La suerte le fue esquiva al filial malaguista, que se quedó sin el ansiado ascenso en el descuento por un gol en propia puerta de Luis Muñoz, cuando ya no había capacidad de reacción. El Unión Adarve, con un fútbol rancio, sucio y rácano, se llevó el premio del ascenso ante los chavales del Atlético Malagueño, destrozados por el sinsabor de lo vivido en el campo de La Federación. Los niños merecieron mejor suerte, pero...

Y es que, los de Ruano, tras lograr lo más difícil, remontar el 2-0 de la ida, finalmente se quedaron sin el premio del ascenso en el descuento, cuando en un rebote y con 4-1 a favor, el Adarve volvía a ponerse por delante en la eliminatoria sin saber muy bien cómo. Una injusticia deportiva en toda regla que deja al filial blanquiazul una campaña más en Tercera, y ya van 10 temporadas de forma consecutiva.

El Atlético Malagueño lo intentó todo en un partido loco, marcado por el juego sucio y rácano de los madrileños, que a la larga les ha servido durante todo el play off para ascender. Y eso que los malaguistas lograron los más difícil, adelantarse por medio de Kuki en la primera parte y reponerse al empate de penalti en la segunda mitad.

Los de Ruano no dejaron de creer y Kuki, Luis Muñoz y Wojcik lograron la machada de remontar antes de los 90 minutos reglamentarios, pero una acción aislada en el descuento, muy desafortunada, propició el 4-2 injusto final ya comentado.

La tensión se mascaba nada más comenzar. El filial empezó mandando, pero sin crear ocasiones y desbordados por las artimañas del Adarve, que tiró de todo su repertorio del denominado «otro fútbol» para mantener su renta de 2-0 en la ida. Se jugó poco, muy poco durante toda la primera mitad, pero Kuki Zalazar desatascó el partido con un buen tanto. El Malagueño lograba lo más complicado y se marchaba al descanso con medio trabajo hecho.

El mazazo llegó tras el descanso y cuando más enchufado estaba el filial. Tras una triple ocasión de Iván, Harper y Wojcik en la que el balón traspasó la línea de gol pero el árbitro ni su asistente lo vieron. Tras esa acción, sí pitó un riguroso penalti de Harper a un contrario. Álvaro situaba el 1-1 y los sueños de ascenso se desvanecían.

Pero los blanquiazules siguieron creyendo y comenzaron a caer los goles para el delirio de la hinchada blanquiazul. Uno, otro y otro más para situar el 4-1 a siete minutos del final. La gesta, lo más difícil se había logrado. Pero en el descuento, con más de siete minutos de añadido, llegó la tragedia en forma de gol en propia puerta de Luis Muñoz, que desviaba a portería un tiro defectuoso. La tuvo Ramos en la última jugada, pero su tiro se fue desviado. El Adarve sube y el filial malaguista sigue en Tercera, pese a merecer más.

La maldición del ascenso continúa para el Atlético Malagueño, que fue mejor que el rival, pero no pudo con la mala fortuna, las decisiones arbitrales y el oficio del rival, más experimentado y que sabe agarrarse como nadie a los partidos a base de fútbol subterráneo. La temporada que viene el filial volverá a tener el mismo objetivo, ascender a la categoría de bronce del fútbol español, donde un equipo como el «Malagueño» debe estar sí o sí.