El verano del Málaga está siendo una montaña rusa. Tras llegar el pasado sábado por la noche a la Costa del Sol, después de su periplo en Holanda, el equipo volverá al trabajo mañana martes para preparar y encarar el Trofeo Costa del Sol del próximo sábado día 5 contra la Lazio.

La dinámica de resultados del club blanquiazul no ha sido muy positiva hasta ahora. De los cinco partidos de pretemporada que se han jugado hasta ahora, los de Martiricos han cosechado cinco derrotas. El amistoso en Coín contra el Sheffield United, el cuadrangular con el Hertha de Berlín y el Duisburgo, los tres goles que endosó el AZ Alkmaar y la remontada del Borussia Monchengladbach han dejado en el club y en la afición sentimientos agridulces.

Es cierto que un equipo sufre cuando la columna vertebral de la plantilla se va -el que la roba, el que la mueve y el que la mete- y el proceso de reestructuración y compactación de la plantilla no es inmediato. Dos jugadores pueden parecerse en su juego, pero nunca serán exactamente iguales. Hay nuevos capitanes, nuevos jugadores y recambios que no son lo esperado, sobre todo por el poco peso en el nombre del futbolista que entra por el que sale.

Sin embargo, no todo es negativo. El Málaga 2017/2018 acaba de empezar a andar. Un paso más antes de empezar a correr. De perder contra el recién ascendido a la Segunda División inglesa a dejar buenas sensaciones -sobre todo en la segunda mitad- contra el histórico Monchengladbach hay un paso, a pesar de regresar con derrota. Y es que en estos amistosos de pretemporada, lo que menos importa es el resultado. Son días para probar cosas nuevas, ensayar jugadas, tres defensas en lugar de cuatro, posiciones diferentes para jugadores polivalentes y readaptación para otros que quizá venían menos rodados de las vacaciones.

Ahora empieza la verdadera pretemporada del Málaga de Míchel. A escasos 21 días para que arranque la Liga Santander contra el Eibar (21 de agosto, 22:00, La Rosaleda), el club blanquiazul disputará el Trofeo Costa del Sol, un amistoso con el Granada y posteriormente el histórico Trofeo Ramón de Carranza en un cuadro contra el Cádiz, Las Palmas y un Villarreal que se antoja picante por los reencuentros.

Pruebas de fuego para una plantilla que se está empezando a encontrar bien de nuevo en el terreno de juego con mucha presencia canterana, algo de verdadera importancia para el proyecto de Míchel.

Y todavía hay necesidad de nuevos jugadores. Un delantero, un central y otro refuerzo para el centro del campo son esenciales, y las marchas han dejado dinero en las arcas de la entidad. El equipo se está recomponiendo y situaciones de este tipo siempre necesitan tiempo y comprensión. El mes que falta para que cierre el mercado de fichajes se antoja muy atractivo para el club, y las tres semanas hasta que empiece la temporada, llena de importancia para el equipo, para seguir mejorando.