Es verano. Y en el mundo del fútbol se pueden sacar pocas conclusiones mientras el calor azota y las piernas se cargan de trabajo. Sin embargo, la realidad es que el Málaga CF es un equipo en obras, en plena construcción tanto futbolísticas como de sus piezas y eso se hace notar sobre el verde enviando algunos síntomas de que el camino no es del todo correcto.

El conjunto blanquiazul cayó anoche derrotado contra el SS Lazio en la 33 edición del Trofeo Costa del Sol tras un solitario gol de Immobile en el minuto 55. Los de Míchel volvieron a caer en esta pretemporada -cuenta sus partidos, seis hasta el momento, por derrotas- y no pudieron superar al equipo romano, que mostró seriedad, oficio y acierto ante la falta de ritmo blanquiazul. El tropiezo, que debería ser una anécdota, también denota que queda mucho trabajo por delante en casi todas las facetas de su juego ya que además de frescura hay cierta falta de acoplamiento, poca creación ofensiva -sólo dos goles en lo que va de verano- o transiciones lentas, más allá de nombres propios.

Lo cierto es que el Málaga no mereció perder. Gozó de algunas ocasiones claras para marcar e incluso dominó buena parte del partido al Lazio, que la semana que viene disputará la Supercopa de Italia con la Juventus y que el próximo curso competirá en Europa. Pero los resultados también son una fuente de la que necesita beber el Málaga. Tiene que ganar para creer en lo que hace, para coger autoestima y también para volver a sonreír. En cualquier caso, sólo realmente tendrá valor la victoria a partir del lunes 21 ante el Eibar, en el inicio del campeonato.

Tras un mes de trabajo, algunos detalles ya deberían comenzar a verse. Y en la puesta de largo blanquiazul había muchas caras nuevas que ver, aunque no todas están a su mejor nivel. Roberto, Adrián, Baysse, Cecchini, Diego González y Borja Bastón tuvieron su cuota de protagonismo, pero no pudieron retener el trofeo veraniego en Málaga.

El partido arrancó con poco ritmo, apático y como suelen cocerse los torneos veraniegos salpicados por el calor.

Málaga y Lazio, con un ritmo cansino y sin fluidez, se testaron en los primeros minutos de juego. Y todo ello pese a que Jony pudo poner a los 4 minutos al Málaga por delante si hubiera estado más vivo.

No fue hasta el minuto 16 hasta que se pudo ver a Roberto. Keita robaba y amenazaba con un disparo alto. Pero en el 23 el Lazio contempló una doble ocasión, con buena parada del meta malaguista a disparos de Malinkovic y Marusic.

A partir de ahí el partido se soltó de sus ataduras. Adrián, en la más clara del Málaga, remató al muñeco con la testa en un centro lejano de Juankar. Recio no atinó a bajar un balón dentro del área, solo, cuando se disponía a marcar. Pero fue poco antes de irse a vestuarios cuando Keita Baldé estrelló el balón en la madera tras una magnífica cabalgada. Rápido y peligroso el africano, aunque nacido en España.

La segunda mitad arrancó sin cambios, lo que dotaba de cierta seriedad el envite, más allá de ser un torneo veraniego. Pero el partido siguió ramplón. Hasta que Immobile se aprovechó de una posición dudosa para colocarse delante de Roberto y superarlo con una vaselina (55´).

Míchel movió el banquillo y dio entrada a Juanpi, En-Nesyri y Koke (61´). El venezolano entró con ganas tras perderse el final de la pasada temporada por una operación de pubis. No tardó en completarse el cambio completo de equipo. Tiempo para el estreno de Cecchini y Diego González, además de canteranos.

Para entonces el Lazio ya estaba encerrado, juntito y a la espera de un fallo malaguista o la velocidad de Keita. El Málaga, impreciso pero con ímpetu, siguió buscando el empate. Diego, de cabeza, pudo encontrarlo en el 85´, pero su remate se fue desviado. También En-Nesyri, en una rápida contra y con disparo escorado que envió a córner el meta rival.