Bajan revueltas las aguas en las oficinas de La Rosaleda en las últimas semanas debido a la irrupción del jeque Al-Thani en la parcela deportiva durante este mercado veraniego. El presidente ha asumido galones en la planificación dejando a un lado al director deportivo, Francesc Arnau.

El dirigente catalán, teórico máximo responsable a la hora de planificar la plantilla, está viendo como su rol en el organigrama está quedando relegado a un segundo plano por decisión de Al-Thani, que ha querido tomar las riendas de la parcela deportiva y dar un giro de 180 grados en la política de fichajes del club de Martiricos y que dista mucho de los planes que manejaba Arnau en consenso con el entrenador, Míchel González.

Las dos últimas operaciones en las que está inmerso el conjunto malaguista así lo atestiguan. El jeque, a través de un intermediario autorizado y de su confianza, está próximo a cerrar la contratación de Facundo Quignon y la finalmente frustrada de Esteban Rolón, ambas operaciones ajenas a la dirección deportiva del Málaga.

Y es que, ambos jugadores no entraban en los planes de Francesc Arnau y de su equipo de trabajo. El catalán, según ha podido saber este periódico, sí maneja informes sobre los dos centrocampistas, pero no estaban ni entre los 10 primeras opciones de su lista de futuribles.

Así, la falta de entendimiento o de comunicación entre la propiedad y el departamento deportivo del club es evidente. Al-Thani mira al mercado argentino y se ha lanzado a por jugadores jóvenes, sin experiencia y relativamente baratos con los que hacer caja en un futuro. Una nueva política de fichajes que ha chocado frontalmente con la idea inicial que manejaban tanto Arnau como Míchel para este curso.

La posible llegada de Quignon ha evidenciado la ruptura total entre Al-Thani y su director deportivo, que podría estar viviendo sus últimos días al frente de la parcela deportiva, tras este nuevo rumbo fijado por Al-Thani.

La verdad es que la tensión entre Arnau y el jeque, propietario del club, ha ido en aumento en los últimos tiempos. Y es que, son varios los capítulos que han evidenciado la falta de sintonía entre cómo se trabaja desde Málaga y las directrices que llegan desde Catar.

Porque Al-Thani ya ha desautorizado al catalán en otras ocasiones. La más reciente, a través de Míchel, tras el truncado fichaje de Javi García, que Al-Thani paralizó cuando Arnau y el entrenador tenían ya el «sí» del futbolista, que ha acabado en el Betis.

También se ha visto esa fricción con la salida de Pablo Fornals. El jeque, a través de Twitter, insinuó que Arnau quería vender al futbolista, aunque posteriormente señaló al jugador y a su agente como únicos responsables de su salida al Villarreal tras pagar su cláusula.

Además, el hecho de que Al-Thani sea el único que con su firma pueda autorizar movimientos de fichajes y salidas también tiene atados de pies y manos al director deportivo. Este extremo fue una de las causas de no terminar de atar a Jorge Meré cuando el jugador viajó a Málaga para firmar e incluso pasó el pertinente reconocimiento médico.

Ya la temporada pasada, tras la espantada de Juande Ramos, el jeque impuso la figura del Gato Romero como entrenador del primer equipo cuando las opciones que manejaba Arnau eran otras. También, el catarí impuso el fichaje de Martín Demichelis a coste cero para reforzar la defensa, cuando días antes el propio Arnau descartaba esa posibilidad.

Muchas desavenencias entre las partes que ha hecho que la tensión sea máxima y que la situación, a día de hoy, sea casi insostenible. Arnau siempre ha manifestado que es un hombre de club y ha cerrado filas en torno a su presidente, una filosofía que le ha evitado enfrentamientos con la propiedad y que hasta ahora le ha mantenido en el cargo. Pero la irrupción de Al-Thani en la planificación deportiva y cada día con más influencia en la misma dejan al catalán en una posición complicada una vez que finalice el plazo de fichajes. Su destitución puede ser cuestión de días.