Miguel González del Campo "Míchel", entrenador del Málaga CF, se mostró contrariado por la derrota ante el Eibar en casa en el debut liguero (0-1), pero se mostró confiado en el futuro y con ganas en seguir trabajando. Confesó, eso sí, que esperaba más del equipo, especialmente por la falta de "concentración y continuidad" demostrados en fases del segundo tiempo. "Pensé que íbamos a estar mejor hoy (por el lunes). El comienzo del partido me ha ilusionado y luego me ha decepcionad el resultado, que es consecuencia del juego. Ahora tengo que buscar soluciones. Tengo buenas sensaciones, el equipo está en construcción", dijo el técnico.

La derrota en La Rosaleda ante el Eibar fue dolorosa. "En la primera parte hemos dado mejor medida, tratamos de hacer juego entre líneas y llegar por fuera. Los 25 minutos de la segunda parte no fuimos capaces de salir y tuvimos jugadas comprometidas, con pérdidas, sin hilo conductor. Luego tuvimos más llegada, pero nos faltó acierto y continuidad. Centrar bien. Recuperábamos el balón tras su despeje 70 metros atrás y eso nos obligó a hacer un gran esfuerzo", analizó.

"En alguna ocasión pudimos hincarle el diente. Más allá de la continuidad pudimos solucionar con un buen centro o un buen remate alguna jugada, pero no estuvimos acertados. No hemos presionado como habíamos previsto. Nuestros laterales han sufrido porque nuestros delanteros no han presionado de forma constante. Sabíamos su juego con Capa y José Ángel centrando y los hemos tapado mal, porque no teníamos continuidad", prosiguió Míchel.

El entrenador no cree que sea un problema de preparación física: "Los últimos 20 hemos estado ahí, nos ha faltado continuidad. En la buena posición y en la falta de posesión. En la primera parte tuvimos tres o cuatro ocasiones de peligro, especialmente con Juanpi, pero no marcamos. Ellos te crean peligro tras robo y centro. Si pierdes el balón con ellos es muy sintomático".

Charles y el ventajismo

Sobre la jugada del gol, Míchel apuntó que pudo haber posición antirreglamentaria. "Fuera de juego de Kike, no de Charles, que trata de ir a por el balón. También algún penalti. Pero ser árbitro es tan difícil como ser entrenador", manifestó. Y sobre Charles, que no contó ni para él ni para Francesc Arnau, y que marcó el tanto del triunfo, dijo que esa era una lectura "ventajista". "Es así. El club tiene que tomar decisiones y bueno... Algunas son acertadas y otras te contrarían. El fútbol está llena de situaciones como ésa".

Se le cuestionó sobre la necesidad de acudir al mercado para reforzar el equipo y Míchel no quiso pisar más charcos: "Me compete trabajar con mis jugadores, tener más continuidad en el juego y no verninos abajo por un mal resultado. No vamos a pensar en si viene alguien o no. Tenemos que dar otra medida, en concentración y contundencia, con o sin fichajes".

Quiere evitar Míchel crear una ola de victimismo por este "mal resultado". "Podemos tener un mal resultado, pero la gente no está desencantada. Si hay algo que tenemos válido en este club es nuestra afición. Seguro que la afición confía más en nosotros tras este resultado. El campeonato dirá si tenemos que mejor o peor equipo. El año pasado cuando vine en marzo, la situación era igual. Desde la primera jornada hay que ganar puntos y dar buenas sensaciones. Y no vamos a valorarlo ya".