60 minutos, eso fue lo que resistió el muro blanquiazul en el estreno del Wanda Metropolitano. Ese fue el tiempo que tardó Griezmann en marcar el único tanto del partido y borrar de un plumazo las ilusiones y el buen trabajo defensivo que había realizado hasta el momento al conjunto costasoleño. Hasta ese instante el Málaga CF había dado una mejor imagen que en las jornadas anteriores, donde dejó unas sensaciones muy negativas ante equipos de su misma «Liga»,pero no fue suficiente para traerse una necesitada recompensa para la Costa del Sol.

El planteamiento de Míchel se dejó ver claro desde el inicio. Equipo replegado, líneas juntas y esperar algún robo o fallo atlético para salir a la contra y llevarse el partido, o al menos algún punto de su visita a la capital de España. Y el plan trazado por el técnico blanquiazul salió a la perfección en los primeros 45 minutos.

El conjunto blanquiazul dio muestras de mucha más solidez defensiva que en encuentros anteriores. Los de Míchel se mostraron como un equipo compacto que cerró muy bien los espacios ante un Atlético atascado, que era incapaz de llegar a la meta de Roberto, que no tuvo que intervenir en toda la primera mitad. Eso sí, le costaba un mundo salir al ataque cada vez que recuperaba la pelota por el hecho de estar tan atrás con los 11 jugadores por detrás del balón. Aún así, la oportunidad más clara de la primera parte fue para Bastón, que se marchó en carrera de Gabi y disparó ante Oblak, que evitó el 0-1. La volvió a tener el delantero malaguista, que aún no ha visto puerta tras las cuatro primeras jornadas ligueras.

Se antojaba complicado que el Málaga pudiera aguantar los 90 minutos así en tal escenario y, efectivamente, el Atleti se acabó llevando el partido con más empuje que fútbol. Simeone dio entrada tras el descanso a Carrasco por Thomas y el partido cambió. Los rojiblancos comenzaron a encontrar más espacios ante un Málaga que se le empezó a notar el desgaste físico por el gran trabajo realizado y el gol acabó llegando. En una acción por banda derecha, Correa se marchó con facilidad de Fede Ricca y puso un centro perfecto para Griezmann se adelantara a Luis Hernández y batiera por bajo a Roberto con un tiro ajustado.

Se ponía muy cuesta arriba el partido. Míchel movió el banquillo, adelantó líneas y el Málaga lo intentó en los minutos finales. Pero de nuevo apareció Oblak para evitar el tanto del empate. Rolan, que había entrado en el minuto 85, tuvo la ocasión más clara para igualar el choque, pero su chut lo envió a córner el meta eslovaco con una buena mano.

No pudo ser, el Málaga no consiguió aguar la fiesta rojiblanca y al final se terminó imponiendo la lógica. No obstante, pese a la derrota y que el casillero de puntos sigue todavía a cero, el encuentro dejó notas positivas además de la mejora en el aspecto defensivo, sobre todo el debut notable de Rolón, que estuvo a un gran nivel en el centro del campo.

Obviamente, perder en una plaza así y de la manera que se hizo no es para alarmarse, sin embargo el no haber hecho los deberes en partidos anteriores en los que a priori se podían haber sumado un buen puñado de puntos, hace que cualquier tropiezo, sea al rival que sea, agrave aún más la crisis deportiva que sufre el equipo en este primer mes de competición. Todavía es pronto, queda mucho trabajo por hacer y hay mucho margen de mejora, pero es evidente que la evolución de los de Míchel se debe hacer notar desde ya para salir de la parte baja de la tabla, donde se ha instalado el equipo desde el inicio de Liga y de donde cada será más complicado huir.

Sin más, tras sufrir la cuarta derrota consecutiva, el calendario no deja tiempo para lamentos. Este mismo martes el conjunto blanquiazul tendrá una nueva oportunidad de empezar a sumar, de nuevo como visitante y en otra plaza tan complicada como Mestalla, que además es de los campos menos propicios para el Málaga para sumar. Luego ya vendrán el Athletic de Bilbao a La Rosaleda y habrá que visitar el Sánchez Pizjuán. El calendario próximo no es el deseado, pero no queda otra, los puntos deben llegar ya.