La continuidad de Míchel en el Málaga CF está en el alero. Si saca un resultado positivo el próximo sábado ante el Athletic Club en La Rosaleda seguirá al frente del banquillo blanquiazul, pero si pierde el que sería el sexto partido consecutivo en Liga sus horas en Martiricos estarían contadas.

Ése es el margen con el que cuenta el técnico madrileño tras la durísima derrota encajada el martes en Mestalla ante el Valencia (5-0) y la anterior sucesión de partidos perdidos que encadena el equipo en este inicio liguero, sin demostrar casi capacidad de mejora y con cero puntos en su haber que condenan a los blanquiazules al pozo de la tabla.

La crisis deportiva en el Málaga CF es total y tras lo sucedido en Mestalla hubo gabinete de crisis en la zona noble de Martiricos para tratar la continuidad o no de Míchel. De momento, y pese a que el jeque Al-Thani no se ha manifestado aún al respecto públicamente tal y como suele hacerlo, el actual entrenador del Málaga seguirá siendo Míchel, al menos hasta el sábado.

Vida extra para un entrenador que llegó en marzo pasado y que consiguió enderezar el rumbo de un equipo a la deriva y que, sin estar aún en puestos de descenso, estaba abocado a caer en el agujero negro debido a la mala dinámica del equipo que el Gato Romero heredó de Juande Ramos.

La confianza de Francesc Arnau en el míster sigue intacta, tal y como declaró semanas atrás durante la comparecencia pública del director deportivo para hacer balance del mercado estival. Pero la última palabra en la parcela deportiva no la tiene el dirigente catalán, sino el propio jeque, tal y como ha venido demostrando en los últimos tiempos, involucrado a mayor nivel en todo lo que rodea al primer equipo.

De momento, Míchel se ve con fuerzas para seguir al frente de la nave blanquiazul y así lo declaró en caliente tras el varapalo de Mestalla. Su idea era la de ponerse a pensar desde ese mismo momento en el partido del Athletic y trabajar con todo lo que tiene para revertir una situación que para el fútbol actual se antoja límite.

Ayer dirigió la sesión vespertina con normalidad, con la mente puesta ya en el Athletic Club, donde el técnico madrileño tendrá su primer match ball desde que se hizo con el banquillo blanquiazul. ¿Echar a Míchel si el equipo no gana al Athletic el sábado es la solución? Seguramente no lo sea, pero en el mundo del fútbol la cuerda siempre se rompe por el lado del entrenador, el eslabón más débil en este tipo de casos. Aunque es cierto que el jeque Al-Thani siempre se ha caracterizado por tener paciencia con sus entrenadores. De hecho, en siete temporadas al frente del equipo solo ha destituido a dos, Jesualdo Ferreira en la 2010-11 y Marcelo Romero el pasado curso. Así, demostró temple en los peores momentos de Pellegrini, Schuster o Javi Gracia.

En todo caso, los pesos pesados de la plantilla ya han dado la cara por su entrenador. El núcleo español, con los capitanes Recio, Miguel Torres y otros como Roberto o Juankar, entre otros, cierran filas en torno a Míchel y descargan la responsabilidad del míster.