Roberto Jiménez (Fuenlabrada, 10/02/1986) se convirtió en uno de los fichajes más ilusionantes este verano y se ha convertido, pese a los goles encajados, en uno de los baluartes del equipo. Está cedido con una opción de compra obligatoria siempre que no descienda el Málaga, un escenario que no contempla ni por asomo. El madrileño quiere echar raíces en la Costa del Sol.

Puede resultar paradójico, pero es el portero más goleado de Primera División, el más goleado en la historia del Málaga a estas alturas y al mismo tiempo está siendo uno de los mejores del equipo...

Creo que guarda algo de relación. Cuando el equipo no termina de funcionar o no termina de ser todo lo sólido que queremos ser el portero tiene que intervenir más. Es ahí cuando el portero tiene la oportunidad de hacer las cosas bien o hacerlas mal. De momento a nivel personal no me estoy encontrando mal. Espero mantener el nivel y que el equipo mejore colectivamente para ser cada día más fuertes.

Partiendo de la base de que en un equipo cuando falla lo hacen todos y cuando aciertan lo hacen todos, ¿cómo está viendo los continuos fallos defensivos desde la portería?

Son lances del juego. No nos paramos a hacer distinciones. Obviamente tenemos que tratar de corregir el trabajo por líneas, como se hace siempre en todos los equipos pero al final tratamos de hacer un balance general de la situación sin especificar demasiado.

Tengo entendido que usted de chavalín jugaba de central, ¿por qué cambió a portero?

Sí, es cierto. Me llamó la atención, era muy pequeño, unos ocho años. Esa temporada me llamó la atención y me decidí a cambiar de posición y ponerme de portero.

Es raro que sea una elección propia, los niños siempre quieren jugar de delantero...

Sí, pero quizás también la decisión vaya con mi personalidad. Siempre me ha gustado ser el diferente, hacer cosas que llamaran la atención por algo. Quizás en la posición de portero he encontrado un poco eso dentro del mundo del fútbol: vestir distinto, llevar guantes... En definitiva jugar en una demarcación totalmente diferente al resto.

¿Comparte el dicho futbolístico que dice que los porteros son de otra pasta, que están un poco locos?

Sí, yo lo comparto. Creo que algo distinto tienes que tener para disfrutar nuestra demarcación. No sé si llamarlo la locura de los porteros como se dice, pero desde luego es una manera diferente de vivir el fútbol.

El Málaga, sobre todo en la historia reciente, ha contado con porteros de relumbrón y con mucha personalidad como Willy Caballero o Kameni, ¿le gustaría que se le recordase en un futuro como a ellos?

Sí, evidentemente. Siempre que un jugador deja un buen recuerdo, el deseo del que llega es como mínimo igualarlo. El Málaga, como bien has dicho, es un club que siempre ha tenido grandes figuras bajo palos. Porteros con mucha trascendencia en la historia reciente del club. Mi cometido es intentar estar a la altura de las circunstancias y llegar a ser importante para este club como lo han sido ellos.

¿Cómo está Míchel en estos momentos en los que su figura está en entredicho?

Ya he vivido muchas situaciones con él y creo que se caracteriza por mantener siempre la compostura en nivel de trabajo, dedicación, motivación y concentración. Y además lo transmite que es lo más importante para un entrenador. Transmitir esa tranquilidad que te ayuda a trabajar sin un exceso de presión que no beneficia en nada al jugador.

¿Qué diferencias ve entre el Míchel del Olympiacos y el actual?

Pocas. Ya era igual de riguroso cuando estaba en Grecia. Obviamente jugábamos en un club con muchísima responsabilidad, un club ganador con la obligación de ganar títulos, de hacer un buen papel en Europa. Pero para él el nivel de exigencia es el mismo, quizás ahora no tiene esa exigencia de ganar títulos pero sí la de defender un escudo con una historia y una trascendencia tan grande como la que tiene el Málaga.

¿Y Adrián? ¿Cómo se toma los pitos de La Rosaleda?

Es algo circunstancial motivado por la situación del equipo. Él trabaja todos los días para dar lo mejor de sí, como todos los jugadores tendrá mejores y peores momentos. Adrián tiene una personalidad muy fuerte que le ayuda a sobreponerse, es un gran jugador y nos va a ayudar mucho.

El equipo lleva desde que comenzó la Liga a remolque, siempre por detrás en el marcador. ¿Cómo se gestiona eso?

Lo hemos comentado alguna vez en el vestuario: ¿qué va a pasar cuando el equipo sea capaz de ponerse por delante en el marcador? Creo que en esa situación seremos un equipo peligroso y difícil de ganar. El inicio de temporada ha venido así, nosotros habremos contribuido a que haya salido así, pero estamos convencidos que con nuestro trabajo y con el espíritu del último partido contra el Athletic vamos a ser capaces de solucionar muchas cosas que nos están perjudicando y las vamos a convertir en algo positivo.

¿Les está lastrando psicológicamente?

Es distinto afrontar un partido viéndote por delante en el marcador a viéndote por detrás. Hay muy pocos equipos a los que eso no les afecte o que sigan jugando el partido como si el marcador fuera igualado. Marcar primero siempre es muy beneficioso para el devenir de un partido.

Está cedido con una opción de compra obligatoria si el Málaga no desciende, ¿contempla ese escenario?

No, ni mucho menos. Ningún movimiento personal ni profesional pasa por marcharme al final de temporada. Es un proyecto a largo plazo, no contemplo para nada esa posibilidad.

Pero usted ya tiene experiencia a la hora de afrontar situaciones delicadas como descensos, permanencias in extremis, títulos... ¿Ése bagaje le capacita para ser desde ya uno de los pesos pesados dentro del vestuario?

Yo asumo el rol que me toca asumir. Soy uno de los jugadores dentro de la plantilla que más lleva en esto a nivel profesional, de los que más situaciones de todo tipo han vivido y por lo tanto asumo la responsabilidad de ser un jugador que tiene que transmitir en el vestuario sus experiencias e intentar aportarlas a los compañeros. Y sobre todo intentar que sirvan. Cuando he sido más joven siempre me ha gustado que otros compañeros compartieran ese tipo de experiencias y ahora me toca a mí asumir ese rol. No tengo ningún problema en hacerlo.

¿Un descenso puede ser la peor sensación que puede haber en la carrera de un futbolista?

Por supuesto. Al final un descenso te marca. Ya no solo porque queda en tu palmarés, que al final es lo de menos. Sobre todo te marca porque hay mucha gente detrás que se queda siguiendo a su equipo, sufriendo una situación que no se merecen. Pero la carrera de un futbolista sigue. En mi caso,cuando descendí con el Zaragoza, era inviable seguir allí por muchos motivos. Duele dejar a la gente que ama a su club por una situación así y sobre todo por que la que hemos generado nosotros.

Se puede decir que es un trotamundos del fútbol: Atlético, Nástic, Recreativo, Zaragoza, Benfica, Olympiacos, Espanyol y ahora Málaga, donde acaba de cumplir 100 partidos en Primera...

¡Anda pues mira, no lo sabía! Es bonito llegar a una cifra así. Nunca he tenido miedo en vivir nuevas aventuras, siempre y cuando haya sido por mejorar, ser importante y no acomodarme. Nunca he tenido problemas en moverme y a día de hoy me alegro de haber tomado esas decisiones. Todo me ha aportado a mi vida experiencias muy bonitas y no me arrepiento de haberlo hecho.

Y ahora Málaga, ¿cómo se encuentra aquí?

Desde mi llegada todo ha sido muy fácil. Creo que Málaga y el Málaga son una ciudad y un club muy fácil de adaptarse. La gente te recibe con los brazos abiertos. A nivel personal la gente me está demostrando que les gusta que yo forme parte de este equipo, me dan cariño y me valoran. Eso te ayuda en todo, te da mucha confianza y te aporta felicidad fuera del campo que también es importante.

¿Le ha sorprendido el funcionamiento interno del Málaga, con el jeque polemizando algunas cuestiones del club desde Twitter? ¿Se pensaba que esto iba a ser así?

No te voy a engañar, esperaba que algunas cosas fueran más sencillas o que no fuéramos uno de los equipos de la Liga que dieran que hablar por asuntos que no tuvieran que ver exclusivamente con el rendimiento del equipo. Creo que nos hemos perdido mucho en cosas extradeportivas, que siempre es mejor que esas noticias las den otros y que todas las noticias hubieran sido qué bien juega el Málaga o qué grandes fichajes hace el Málaga. Pero así ha sido, hemos convivido con ello aunque eso no siginifica que las cosas ahora no nos vayan a salir bien.

¿Hay seguridad en el vestuario para revertir la situación y asegurar que el Málaga no va a sufrir al final de temporada?

En el vestuario estamos totalmente ajenos a cualquier polémica externa a lo que sucede fuera del terreno de juego. Confiamos al cien por cien en nuestro trabajo y en lo que hacemos cada día. No tenemos ninguna duda de que la cosa va a mejorar.

¿Le han contado ya lo que supone para un malaguista un derbi contra el Sevilla?

No especialmente lo que es este derbi, pero he vivido muchos y en muchas situaciones y me puedo imaginar lo que se puede sentir. Por eso lo quiero vivir con esa intensidad y esa misma pasión.

Pero su recuerdo del Sánchez Pizjuán no es el mejor, ha encajado muchos goles allí...

Es cierto que es un estadio del que no guardo grandes recuerdos en cuanto a resultados. Pero curiosamente es un estadio donde me gusta jugar, el ambiente es muy especial y siempre es bonito jugar ese tipo de partidos.

En Grecia vivió sus mejores momentos, al menos en lo que a títulos se refiere, pero también coincidió con una etapa difícil para el país con el rescate financiero, ¿cómo lo vivió usted?

A mí me gusta saber lo que hay a mi alrededor. Sinceramente, en Grecia se ha vivido una situación muy similar a la que hemos vivido en España con el tema de la crisis a nivel mundial. Pero la realidad de las cosas es que desde España se veía o se ve precaria la situación de Grecia y sin embargo allí me preguntaban lo mismo: «Oye Roberto, ¿cómo está tu país? qué suerte tienes de estar aquí porque en España se está viviendo una situación complicada». Hay muchas similitudes, pero es cierto que Grecia es un país peor organizado que España.

Rafa Nadal con una postura o Gerard Piqué con otra son deportistas que han tratado abiertamente el conflicto que se está viviendo en Cataluña, usted que ha vivido en Barcelona, ¿cómo ve todo el asunto catalán?

Creo que hay un gran sector de la población catalana que no se siente identificado con la situación que se está viviendo. Hay miles de personas en Cataluña que están orgullosas de ser catalanes pero también de ser españoles, al igual que cada uno en su comunidad. Andalucía por ejemplo es una comunidad en la que la gente está muy orgullosa de ser andaluces y muy orgullosa de ser españoles. Creo que eso genera una controversia grande en cuanto al sentimiento independentista que todos pensamos que hay. Creo que con todos los movimientos que se están dando en los últimos meses y lo que nos queda en los próximos días se va a ver claramente cuál es la situación, que no todo el mundo piensa igual y que hay una gran parte de los ciudadanos catalanes que quieren seguir manteniendo la unidad de España.

Hablando de España pero volviendo a lo deportivo, ¿tiene una espinita clavada con la selección española?

Siempre queda y tampoco se pierde la esperanza. Creo que ha habido momentos en los que he estado más cerca de ir, o que se ha hablado algo más en los medios sin llegar a tener una repercusión real. Creo que en la selección están participando compañeros con los que he compartido muchos momentos en el pasado, por eso uno nunca pierde la esperanza de hacer las cosas lo suficientemente bien como para tener ese regalo.

¿Ha podido influir para no haber ido a la selección que sus mejores años fueran en el Olympiacos, donde el foco es menor?

Quizás en Grecia fue el momento donde más repercusión tuvieron mis actuaciones a nivel europeo. Pero para ir a la selección actualmente tienes que jugar en un equipo puntero a nivel nacional y europeo. Olympiacos es un gran club pero se queda algo lejos de los grandes clubes de las grandes ligas, puede que eso afectara.