Málaga vive con pasión y fervor su Semana Santa, la semana grande que envuelve y llena de mística cada primavera costasoleña. En ella sobresale la figura de Jesús Cautivo, el Señor de Málaga, que tiene un vínculo especial con la ciudad, pero también con el club blanquiazul de Martiricos.

La imagen del Cautivo lleva desde el pasado 26 de mayo lejos de tierras malagueñas, concretamente en Sevilla, sometiéndose a una necesaria intervención en su estructura. Se da la curiosa circunstancia que desde que el Señor está ausente, el conjunto blanquiazul no conoce la victoria en partido oficial. Un vínculo que va más allá de la mera coincidencia por la devoción que desde la entidad malaguista siempre se ha profesado hacia el Señor de Málaga.

Quizás pocos conozcan que La Rosaleda esconde un pequeño rincón reservado para la mística y la meditación, donde los lazos de unión entre la pasión por el fútbol y la devoción por el Cristo se estrechan para casi fundirse. Es una sala pequeña, ubicada en el vestuario del Málaga y cerca de la zona de masajes. Allí el espacio está presidido por una imagen de Jesús Cautivo. Unos azulejos que hace ya casi dos décadas que llevó Sebastián Fernández Reyes ‘Basti’ y que con sumo cariño han ido cuidando y vigilando los utileros, encabezados por Miguel Zambrana.

«La imagen que hoy está en el vestuario del Málaga CF del Cautivo es la misma que estaba en mi época y que yo llevé por vez primera a la antigua Rosaleda. Entonces teníamos un cuartito pequeñito al lado del vestuario con estos azulejos, estampitas y velas. Recuerdo a jugadores como Rufete o Movilla, que siempre antes de los partidos acudían allí. Era como un ritual», apunta Basti, uno de los artífices del vínculo entre el Málaga CF y el propio Cautivo.

El paso del tiempo no ha dejado en el olvido la pasión blanquiazul hacia el Señor de Málaga. Movilla es recordado por jugar con una camiseta del Cautivo debajo de la blanquiazul, Valcarce también fue un gran devoto y algunos jugadores incluso han acompañado al cristo en algunos momentos. Incluso el propio Manuel Pellegrini se dejó ver alguna vez en la Misa del Alba. Una comunión que va más allá de la anécdota.

Hoy, sin embargo, ambos vuelven a unir sus caminos, aunque en Sevilla y alejados de casa. El Cautivo ya tiene fecha de regreso a Málaga. Tras ser restaurado por Juan Manuel Miñarro, será expuesto en una sala del Palacio Episcopal a partir del 9 de octubre y presidirá San Pablo tras cuatro meses y medio en la capital hispalense.

Hoy, el Málaga CF juega en el Sánchez Pizjuán, a poco más de 3 kilómetros del taller cercano a la iglesia de San Juan de la Palma, en la calle Viriato, en el que está ahora el Cautivo. El club y su protector unen sus caminos, aunque sea lejos de la Costa del Sol. Los blanquiazules esperan que la protección del Señor de Málaga les permita volver a sumar 3 puntos. La devoción, seguro, se multiplicaría.