Que a mediados de octubre todos los estamentos que rodean al Málaga, ya sean jugadores, directivos, empleados, afición o prensa, hablen de final para calificar el partido de mañana ante el Leganés pone a las claras que el arranque liguero y la planificación deportiva de este verano han sido nefastas.

Pero los números hablan por sí solos y con un solo punto de 21 posibles, el Málaga CF es colista de Primera División, con un empate en su haber -el logrado ante el Athletic por casta y con un hombre menos- e inmerso en un mar de dudas.

Los guarismos del Málaga son de los peores de la historia a estas alturas de temporada. Pocos equipos manejaban un solo punto en la tabla tras siete jornadas y menos sin haber tenido consecuencias en el banquillo. De momento Míchel aguanta en el cargo y parece que la llegada de Mario Husillos al puesto de director deportivo le han concedido algunas vidas extra más.

Sin ir más lejos, la mala situación del equipo y la pésima planificación veraniega se han llevado por delante la figura de Francesc Arnau antes que la de entrenador, cuando en el club se manejaba el partido de mañana como un ultimátum para el técnico madrileño.

La última derrota en Sevilla, donde el Málaga volvió a evidenciar los mismos vicios y errores de siempre, dejaron muy tocado a Míchel y todo apuntaba a que con un parón por selecciones por delante era el momento propicio para un cambio de entrenador.

Pero tras un viaje exprés de Joaquín Jofre a Catar la decisión fue diferente y por orden directa del jeque, la mala dinámica señaló a Arnau, muy discutido desde hace tiempo.

Todas estas cuestiones han desviado la atención en el entorno malaguista de lo que realmente es importante: el partido de mañana ante el Leganés. La plantilla, eso sí, ha podido trabajar durante dos semanas con cierta tranquilidad, con los focos apuntando a las oficinas y no al verde.

La afición, en todo caso, sabe lo que se juega su equipo y una vez más no fallará ni nadie tiene que reclamar su presencia. A día de hoy solo faltan por vender poco más de 2.000 entradas, por lo que se espera un gran ambiente en las gradas para tan importante partido. La hinchada ya dio una lección en el último partido contra el Athletic, donde buena parte del punto cosechado fue gracias al empuje del respetable.

En el Málaga hay cierta ansiedad por conseguir los tres primeros puntos de la temporada y eso se palpa en el ambiente. De perder mañana, aunque nadie se le pase eso por la cabeza, el Málaga sumaría un solo punto de 24, con 33 por jugar antes de que finalice la primera vuelta. Husillos asegura que «aún es pronto» y que el Málaga «por qué no puede enganchar una racha de cinco o seis victorias» que lo saquen del pozo.

En todo caso, el Málaga tendrá que tener cuidado con esa ansiedad, un arma de doble filo de la que puede sacar tajada el Leganés. El equipo pepinero ha demostrado ser uno de los más solidos del campeonato con solo tres goles encajados.