Míchel pasó este martes noche por la sala de prensa de Los Pajaritos para analizar la derrota copera y dejó algunas píldoras en las que apuntaba directamente a sus jugadores. «Estoy como todos, es increíble. No podemos poner ni un paño caliente a la situación. Estábamos necesitados de resultados y no podemos regalar esos 10 minutos finales. Cada vez que teníamos la línea en el centro del campo eramos incapaces de dar tres pases seguidos. Nos ha faltado contundencia y capacidad para tener el balón. Teníamos la eliminatoria controlada y se ha visto que tenemos ganas de complicarnos la vida. Mucho», dijo en primera instancia.

«De nada vale que el entrenador se afecte. Algunos jugadores tienen que ser conscientes de la situación. Necesitamos ganar y si tenemos el partido por delante no podemos permitir eso. Tenemos que resolver por nosotros mismos. No era un partido bueno, era disputado. Había presión en el centro. Pero hay situaciones que se resuelven por el conocimiento del juego. Y cuando uno se viste de profesional tiene que entender la situación que pasa», dijo sobre algunos de sus jugadores, aunque no dio nombres.

El madrileño, continuó. «No sé si es actitud o que hay algunos que están sin tensión o que les falta calidad o que los hemos vestido de jugadores de primera y parece no lo son. Debemos exigir que den más, mucho más. Cuando uno se viste de futbolista tiene que entender lo que significa eso. Y eso escapa a otras cuestiones. Aquí la responsabilidad tiene que ver con el entrenador, que no le ha inculcado eso, pero yo no voy a dejar de hacerlo hasta que pueda. Pero yo puede que tenga un día que esté cabreado, hoy», expresó.

«Me siento encabronado, mi futuro no tiene ninguna importancia. Desilusionado no estaré jamás, pero estoy enfadado y cabreado, hay cosas que aunque no lo parezcan se le escapan también al entrenador. Cuando uno se viste de futbolista debe saber qué es eso», puntualizó.